La tecnología está cada vez más presente en las aulas modernas. Pero para muchos de nosotros, los profesores, todavía no estamos seguros de cómo sentirnos al respecto.

Queremos involucrar a los estudiantes y prepararlos para el futuro, pero no podemos evitar preocuparnos al mismo tiempo.

¿Realmente necesitan más tiempo de pantalla?

¿Cuánto tiempo y esfuerzo (por no hablar de dinero) va a costar esto?

Eso es porque el uso de la tecnología en el aula tiene pros y contras. Aquí hemos enumerado 13 de ellos para que puedas decidir qué papel debe desempeñar en tu enseñanza.

Pro: la tecnología hace que el aprendizaje sea más atractivo

Hay muchas razones respaldadas por la investigación por las que la tecnología atrae a los jóvenes.

Pero no necesitas ser un neurocientífico para entender su potencial de compromiso. Basta con poner un maltrecho libro de texto al lado de la colorida pantalla interactiva de un programa de aprendizaje gamificado y será bastante obvio.

La tecnología puede enganchar a los estudiantes con las experiencias de aprendizaje divertidas y brillantes que a menudo nos cuesta crear en papel. Llévela al aula y sus alumnos estarán tan comprometidos con el aprendizaje como con sus feeds de las redes sociales.

Con: la tecnología puede ser una distracción

El constante atractivo de las redes sociales o de los juegos no tan educativos puede alejar a nuestros alumnos del aprendizaje si no tenemos cuidado.

Pero las distracciones tienden a surgir cuando dejamos a los alumnos a su aire (juego de palabras). Por eso es importante vigilar a los alumnos cuando tienen sus portátiles abiertos, o elegir un programa de edtech autónomo para que no se les deje vagar por internet a su antojo.

Pro: la tecnología es una alternativa rentable a los materiales tradicionales

Los libros de texto no son baratos, ni tampoco la factura anual de fotocopias.

La tecnología puede ayudarte a reducir estos costes ocultos. Si sube una hoja de trabajo a su LMS en formato electrónico, se ahorrará una resma de papel. Una plataforma de vídeo como ClickView ofrece cientos de vídeos educativos que, de otro modo, serían costosos. Una suscripción a Reading Eggs viene incluso con 2.000 libros electrónicos incluidos.

Sea cual sea la opción que elija, eso es dinero ahorrado y listo para invertir donde su departamento más lo necesita.

Con: las buenas herramientas tecnológicas cuestan dinero

No hay forma de evitarlo: las mejores herramientas tecnológicas no son gratis.

Pero el viejo adagio de «obtienes lo que pagas» también se aplica a la tecnología educativa. Aunque hay mucho software gratuito, la mayoría no se puede comparar con la tecnología que está alineada con el plan de estudios y probada por los profesores.

Pro: la tecnología da a los estudiantes y a los profesores acceso a un suministro interminable de recursos de aprendizaje

Internet es la estantería del aula del siglo XXI. Está llena de recursos de aprendizaje a los que profesores y alumnos pueden acceder en cualquier momento y en cualquier lugar donde haya wifi.

Este acceso puede potenciar el aprendizaje independiente. En lugar de limitarse a recibir los contenidos de aprendizaje en clase, los alumnos pueden ver un tutorial de YouTube en casa para aclarar un concepto, o perfeccionar su fluidez matemática con una lección de Mathletics antes de cenar. Es la iniciativa que los profesores han predicado durante años, y nunca ha sido más posible.

Con: la información poco fiable está en todas partes

No todo lo que se publica en Internet es cierto (chocante, lo sabemos).

Pero evaluar la fiabilidad de la información digital es una habilidad blanda vital en los tiempos que corren. Por eso, en lugar de evitarla, debemos enseñar a nuestros alumnos a evaluar de forma crítica lo que leen y escuchan mientras navegan por la esfera digital.

Si todavía te preocupa que los alumnos se dejen llevar por el mal camino, merece la pena utilizar software que haya sido alineado con el plan de estudios y probado pedagógicamente por profesores reales. Por ejemplo, 3P cuenta con un equipo de educadores de todo el mundo que se asegura de que nuestros productos se ajusten explícitamente a los estándares curriculares regionales.

Pro: la tecnología puede ahorrar tiempo a los profesores

Sólo una vez que hemos conquistado pilas de marcadores, creado recursos y luchado con una impresora poco cooperativa podemos los profesores entrar en el aula y hacer lo que mejor sabemos hacer.

La tecnología puede ahorrarnos ese tiempo, ya sea a través de la calificación automatizada, la búsqueda de actividades prefabricadas o simplemente la reducción del papeleo.

Podemos invertir este tiempo extra en aquellas cosas que nunca hacemos: apuntarnos a ese curso de aprendizaje profesional, tener una conversación largamente esperada con un padre o preparar una actividad de apoyo especial para el alumno que lleva toda la semana con dificultades.

Con: la tecnología lleva tiempo para aprender e integrar

La tecnología educativa conlleva una inversión de tiempo inicial. Tienes que configurarla, aprender cómo funciona y guiar a tus alumnos antes de que se convierta en un elemento básico del aula.

Por eso es importante optar por herramientas fáciles de usar que vengan acompañadas de un sistema de apoyo específico. El centro de ayuda de 3P Learning, por ejemplo, cuenta con equipos de atención al cliente dedicados tanto a la asistencia técnica como a la formación sobre el producto, por lo que siempre podrá tener a alguien al teléfono cuando necesite que le indiquen la dirección correcta. Si no tienes esa opción, siempre puedes buscar un videotutorial en YouTube o buscar en Google consejos de otros profesores.

Pro: la tecnología permite oportunidades de aprendizaje auténtico

La tecnología es el eslabón perdido entre el aprendizaje en el aula y el mundo exterior. Como profesores podemos aprovechar esto para un aprendizaje auténtico que sea más real y relevante que nunca. Por ejemplo, los alumnos pueden:

  • compartir su trabajo con una audiencia genuina a través de un blog o de las redes sociales
  • conectar con compañeros del otro lado del mundo
  • incursionar en problemas del mundo real que afectan a personas reales
  • explorar nuevos lugares con Google Earth.

Contra: no todas las estrategias de enseñanza mejoradas por la tecnología marcan la diferencia en el aprendizaje de los alumnos

Poner una pantalla delante de los alumnos no hace que el aprendizaje sea automáticamente significativo. A veces hace lo contrario.

Si queremos utilizar la tecnología de forma significativa en nuestras aulas, tenemos que asegurarnos de que aporta algo al aprendizaje de los alumnos. Esto podría ser:

  • un mayor compromiso
  • motivación
  • una oportunidad de experimentar el contenido de aprendizaje de una nueva manera
  • una nueva tarea que no se podría hacer en papel.

También puede utilizar el modelo SAMR como guía para hacer que la tecnología sea significativa para su clase.

Pro: la tecnología abre nuevas posibilidades para la colaboración de los estudiantes

El trabajo en grupo puede ser un asunto desordenado y que requiere mucho tiempo cuando se coordina cara a cara, pero la tecnología puede hacerlo sin problemas. Por ejemplo, los estudiantes pueden:

  • colaborar en documentos en la nube
  • trabajar juntos en salas virtuales
  • comunicarse a través de tableros de discusión en un LMS.

¿Lo mejor? Ni siquiera necesitan estar en la misma sala, por lo que la actividad colaborativa funcionará igual de bien en el aprendizaje a distancia o semipresencial.

Con: la tecnología puede ser aislante

Trabajar en solitario detrás de una pantalla puede convertirse en algo solitario, especialmente cuando los estudiantes utilizan la tecnología a diario como parte de un programa de aprendizaje a distancia.

Esto hace que sea aún más importante mezclar las cosas con actividades colaborativas en documentos en la nube y tableros de discusión. También puedes utilizar herramientas de vídeo como Zoom para dar a los estudiantes una sensación de conexión más tangible.

Pro: la tecnología en el aula desarrolla las habilidades de alfabetización tecnológica de los estudiantes

La alfabetización tecnológica es la capacidad de utilizar y adaptarse a la tecnología con flexibilidad y facilidad, y en una época en la que casi todas las carreras implican el uso de ordenadores, nunca ha sido más importante.

Si queremos que nuestros estudiantes prosperen, les debemos desarrollar su alfabetización tecnológica antes de que se aventuren en el mundo. No hay forma de hacerlo sin utilizar la tecnología en el aula.

Nota: ¡no te dejes engañar por el argumento de los «nativos digitales»! Puede que nuestros alumnos estén permanentemente pegados a sus dispositivos, pero eso no significa que sepan utilizarlos de forma responsable o productiva. Si tiene alguna duda, piense en cómo se perciben sus correos electrónicos en el lugar de trabajo. Impleméntala de forma significativa y podrás tener los pros sin luchar contra los contras.

Lee más sobre cómo la tecnología involucra a los estudiantes, comprueba los beneficios de la tecnología en el aula o explora nuestra gama de programas alineados con el plan de estudios para matemáticas, alfabetización y ciencias.

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