La mayoría de nosotros asumimos que estar sobrecargado en nuestro trabajo es una parte rutinaria del empleo en el siglo XXI. Y si bien es cierto que se espera que todos hagamos más que en el pasado, es importante reconocer las señales de cuando el exceso de trabajo está alcanzando un nivel peligroso. A continuación se presentan cinco señales de que estás trabajando en exceso.
1. Dificultad para relajarse
La dificultad para relajarse es un signo seguro de estar sobrecargado de trabajo, y tal vez incluso de agotamiento total del trabajo. Viene en gran parte de la necesidad de estar siempre «encendido», como en el caso de estar encerrado en un estado perpetuamente alto de preparación para ser capaz de hacer frente a cualquier cosa que pueda surgir.
La relajación por problemas puede ser especialmente aguda cuando se tiene un trabajo que es excepcionalmente estresante, como uno en el que se está tratando con un flujo constante de situaciones de emergencia. Pero también puede ocurrir cuando tienes un trabajo que requiere muchas horas, y la línea divisoria entre el trabajo y la vida personal es borrosa. La situación puede agravarse si, además, tienes que estar de guardia incluso en tus horas libres.
Puedes tener dificultades para relajarte simplemente porque nunca hay tiempo para ello. Este es un problema que a menudo se subestima. Para funcionar con la máxima eficiencia en su trabajo, necesita períodos regulares de relajación para recargar su batería. Esos periodos de descanso y recreación te ayudan a refrescar tanto tu cuerpo como tu mente y son necesarios para que puedas hacer bien tu trabajo.
Consignas clave
- Estar sobrecargado de trabajo en algún momento de tu carrera se está convirtiendo en algo habitual, y en algunos casos se vuelve crónico.
- Los principales signos del exceso de trabajo incluyen tener problemas para relajarse y sentir que no hay suficiente tiempo en el día para hacer todo.
- Otros signos reveladores incluyen no poder completar nunca una lista de tareas y ver que nuestra salud se deteriora, como ganar o perder peso.
2. Sentir que no hay suficientes horas en el día
Muchos trabajos requieren que hagas el trabajo de dos o tres personas, a menudo como resultado de la reducción de personal. Cuando se despide a los compañeros, su trabajo sigue siendo necesario, por lo que se descarga a los empleados restantes.
Una señal segura de que usted siente que está trabajando todo el tiempo es cuando trabajar horas extras se convierte en una parte regular de su trabajo. No puede completar todas sus tareas en un día normal de ocho horas, y se ve obligado a trabajar horas extra en la oficina o a llevar el trabajo a casa.
3. Su lista de tareas sigue creciendo
Sus intentos de organizarse mejor ayudan, pero nunca se acercan a hacer su trabajo completamente manejable. Comienza el día con siete elementos en su lista de tareas pendientes, pero durante el transcurso de la jornada laboral, la lista se amplía a 12 elementos. Al final del día, puede que hayas completado cinco cosas que necesitabas hacer, pero tu lista sigue creciendo.
4. Sentir que nunca te pondrás al día
No importa lo rápido o eficiente que trabajes, nunca serás capaz de seguir el ritmo del flujo constante de trabajo adicional. Esto es especialmente cierto en el caso de los empleados que funcionan como la «persona a la que hay que acudir» en la oficina, que resuelve los problemas más complicados y de la que se espera que respalde a los compañeros menos productivos.
Tener que cargar con el peso de los demás significa que rara vez experimenta la sensación de haber terminado realmente con cualquier tarea o proyecto, ya sea al final del día, de la semana o del mes. Y llega a temer las reuniones, ya sea porque son muy frecuentes (un problema crónico en algunas organizaciones), o porque no hacen más que reducir el tiempo disponible para un trabajo más productivo.
5. Su salud se está deteriorando visiblemente
Esto puede ocurrir de varias maneras, incluyendo:
- Está perdiendo peso: está tan estresado que no tiene ganas de comer.
- Está ganando peso-por falta de tiempo para hacer ejercicio o por comer por estrés.
- Funciona rutinariamente con una variedad de dolores y molestias que no tienen una causa identificable.
- Su médico le informa de aumentos peligrosos en su presión arterial.
- Toma múltiples medicamentos -con o sin receta- sólo para pasar el día.
- Está cansado, incluso los días que no trabaja.
- Su interés por todo -familia, amigos, actividades recreativas y aficiones- es casi inexistente, porque sencillamente no se siente «a la altura».
El resultado final
Algunas o todas estas cosas pueden ocurrir cuando su trabajo lo abarca todo y no hay tiempo para nada más. Cuando se llega a un punto en el que el exceso de trabajo está dando lugar a síntomas físicos, es el momento de llamar a un alto.
Todo el mundo tiene periodos de sobrecarga en casi cualquier trabajo, pero nadie puede vivir felizmente en un estado de sobrecarga permanente. Llegados a este punto, es el momento de hablar seriamente con tus superiores o, en el extremo, de buscar un nuevo trabajo.