1. El desinfectante de manos mata los gérmenes pero no limpia las manos

El agua y el jabón reinan cuando se trata de controlar las infecciones, pero aunque no lo crea, el agua y el jabón no matan los gérmenes; los eliminan. La eficacia del dúo se reduce a la mecánica del lavado de manos.

El frotar y restregar el jabón entre las palmas de las manos y los dedos crea una fricción que rompe la estructura de las bacterias y desprende los gérmenes de la piel, explica Maryanne McGuckin, especialista en prevención de infecciones y autora de The Patient Survival Guide: 8 Simple Solutions to Prevent Hospital- and Healthcare-Associated Infections. Cuando se aclara las manos con agua, esos gérmenes se van por el desagüe.

Los desinfectantes de manos a base de alcohol, en cambio, sí matan los gérmenes de la piel, la mayoría de ellos. El desinfectante de manos es menos eficaz para eliminar el Cryptosporidium, el norovirus y el Clostridium difficile, todos los cuales causan diarrea, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Los científicos sospechan que el desinfectante de manos sí mata el coronavirus.

Los desinfectantes de manos tampoco funcionan tan bien si las manos están visiblemente sucias o grasientas, y es posible que no eliminen sustancias químicas nocivas como los pesticidas y los metales pesados como el plomo.

2. El desinfectante supera al agua y al jabón en ciertas situaciones

Debido a que el lavado de manos -cuando se hace correctamente- es mejor para eliminar los gérmenes y la suciedad, el desinfectante de manos, en su mayor parte, debe utilizarse como respaldo al agua y al jabón. «El momento de utilizar el desinfectante de manos es cuando no se puede acceder a un lavabo, agua limpia y una toalla limpia», dice Elaine Larson, profesora emérita de epidemiología de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia y académica residente de la Academia de Medicina de Nueva York.

Dicho esto, los CDC recomiendan utilizar el desinfectante de manos como primera opción en determinadas situaciones, como antes y después de visitar a un amigo o un ser querido en un hospital o una residencia de ancianos. (Por eso, a menudo verás dispensadores colocados directamente fuera de las habitaciones de los pacientes). Un chorro de desinfectante de manos al entrar y salir reduce la probabilidad de introducir un bicho peligroso o de salir con uno. También es una buena idea utilizar el desinfectante de manos con regularidad cuando se interactúa con personas que tienen el sistema inmunológico debilitado, dice Larson.

3. No todos los desinfectantes de manos son iguales

Para matar la mayoría de los gérmenes que causan enfermedades, los CDC recomiendan utilizar un desinfectante de manos que contenga al menos un 60 por ciento de alcohol. Todo lo que sea menos que eso puede no funcionar tan bien «para muchos tipos de gérmenes», y podría «simplemente reducir el crecimiento de los gérmenes en lugar de matarlos por completo», dicen los CDC.

Al buscar en los estantes, puede encontrar desinfectantes de manos que contienen cloruro de benzalconio en lugar de alcohol. Sin embargo, los CDC no recomiendan estos productos, ya que «las pruebas disponibles indican que el cloruro de benzalconio tiene una actividad menos fiable contra ciertas bacterias y virus» en comparación con los desinfectantes a base de alcohol.

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