Por Holly RiordanActualizado el 25 de enero de 2019

JD Mason

Por Holly RiordanActualizado el 25 de enero, 2019

JD Mason

Hay una diferencia entre quererle tanto que no puedes dejar de pensar en él y obsesionarte tanto con él que cada cosa que haces en la vida gira en torno a él. Tienes que tener cuidado de no cruzar la línea, porque las relaciones obsesivas son relaciones tóxicas.

1. Estás constantemente esperando que te devuelva un mensaje. Incluso cuando estás cenando con tus amigos y deberías estar prestándoles atención, mantienes tu teléfono sobre la mesa y no dejas de mirarlo para ver si te ha contestado. Y en cuanto lo hace, ignoras todo lo que dicen tus amigos para poder responderle. Siempre que no estáis juntos, deseas estarlo, porque todos los demás son una mierda comparados con él.

2. No puedes funcionar cuando estás lejos de él. Sólo eres feliz cuando estáis juntos. No importa si no lo has visto en una semana o en una hora, porque en el momento en que sale de la habitación, empiezas a deprimirte. Nunca sonríes a menos que él sea la causa de ello. No has sido capaz de encontrar la felicidad por ti misma después de que él entrara en tu vida, porque se convirtió en tu todo.

3. Poco a poco te vas pareciendo más a él. Has dejado de escuchar tu música favorita porque prefieres escuchar su música favorita, incluso cuando él no está cerca. Y siempre le dejas elegir la película, porque te gusta todo lo que a él le gusta. Tus gustos han cambiado drásticamente desde que le conociste, porque ahora te gusta todo lo que a él le gusta.

4. Necesitas saber qué está haciendo en todo momento. Cada vez que te separas de él, le envías un millón de mensajes preguntándole qué está haciendo. La respuesta no es aceptable. Quieres saber lo que está pasando con todo detalle. Quieres que te cuente cada cosa que ha comido y cada persona con la que ha hablado ese día. No quieres que se olvide de nada.

5. Sus redes sociales rebosan de fotos de él. Ya nunca publicas selfies. Nunca publicas fotos de tus padres o de tu perro o de las flores de la puerta de tu casa. Sólo publicas fotos de él cogiendo tu mano y besando tus labios y levantándote en sus brazos. Podrías hacer scroll hacia atrás durante meses y no encontrarías nada más que su cara.

6. Cada conversación vuelve a ser sobre él. No importa de qué estabas hablando antes con tus amigos, porque siempre encuentras una forma de entrelazar el tema con él. Si mencionan una nueva serie que están viendo, acabarás hablando de otra serie de la que te ha hablado él. Si se quejan de su carrera, acabarás hablando de cómo le va el trabajo. Hablarás más de él que de ti mismo.

7. Estás pensando demasiado en el futuro. En lugar de pensar en el lugar al que vais a ir en vuestra segunda cita, ya estás escaneando páginas de bodas y soñando despierta con el tipo de boda que vais a celebrar. Te estás adelantando a los acontecimientos. Estás pensando en los momentos clave cuando aún no te has dado el primer beso.

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