Mi querida niña,

Hoy, tu padre y yo celebramos 15 años de matrimonio. Por supuesto, para cuando leas esta carta habremos estado casados durante al menos 25 años (¡porque NO se permite casarse hasta tener un título universitario!) y para entonces esta carta podría haber pasado por unas cuantas revisiones. Pero en los últimos 15 años hemos aprendido un par de cosas, tu padre y yo, y quiero compartir contigo algunos consejos. Por favor, sigue a tu vieja madre y lee hasta el final.

Después de criar a los hijos, el matrimonio será lo más difícil que harás en la vida. Punto. Pero también será la aventura más gloriosa y excepcionalmente audaz que jamás experimentarás. No dejes que lo difícil anule lo maravilloso. Cuando te encuentres en medio de la acritud y los sentimientos heridos, con la ira y la frustración hasta las rodillas, será fácil olvidar todo lo bueno y hermoso de este hombre y este matrimonio. Ese es el enemigo hablando. No le dé un asiento en la mesa matrimonial.

Hablando de la mesa matrimonial y de quién está o no está invitado, espero que recuerde invitar a Dios a su matrimonio cada día. Pero más allá de Él, tú y tu cónyuge son los que se presentan y hacen el trabajo duro. Nadie más. Así que ten cuidado con las opiniones y los consejos de quién buscas. Has crecido en un mundo muy público donde cada detalle de la vida se comparte en 150 caracteres o menos. Por favor, recuerda que todo lo que digas públicamente no puede ser retirado, ya sea publicado en las redes sociales, dicho entre un grupo de amigas o incluso desahogado por teléfono conmigo. No pasa nada si no compartes con nosotros todas las discusiones o decisiones de tu matrimonio. Estaré aquí para escuchar cuando me necesites, pero también respetaré los límites que pongas. En cualquier caso, siempre estaré rezando por ti y por ese chico que espera en el altar.

Recuerda que eres una mujer fuerte e independiente. Abraza esa parte de ti misma. Probablemente es una de las cosas que ese chico tuyo ama de ti. Pero no confundas el orgullo con la fuerza, ni el egoísmo con la independencia. Hay una fuerza silenciosa en ser capaz de dejar de lado tu ego y darte cuenta de que no tienes que tener -no puedes tener- razón en todo. Recordar que ganar una discusión no es tan importante como demostrar amor y perdón. Y créeme cuando te digo que apoyarte en tu marido para que te dé fuerza y confiar en él para que dé ejemplo no te quita tu independencia. Por el contrario, resalta tu valor y tu espíritu indomable.

Recuerda que cuando piensas y hablas bien de alguien, le permites estar más alto y elevarse a su pleno potencial dado por Dios. Sin embargo, cuando hablas mal de ellos, estás poniendo el listón bajo y la gente a menudo se rebajará a ese nivel. Si quieres un marido excepcional, habla de él de forma excepcional. Míralo con admiración y respeto.

También, una cosa sobre la intimidad. Sé que no quieres escuchar esto de tu madre, pero confía en mí cuando digo que es importante para el crecimiento y la salud de un matrimonio. No subestimes el poder curativo del tiempo a solas con tu cónyuge. Pero igual de importante, no subestimes el daño que puede hacerse cuando ha pasado demasiado tiempo sin esa conexión física.

Por último, debes saber que el amor no es suficiente, sino que Dios lo es. No importa cuánto se amen dos personas, a veces no es suficiente para mantener un matrimonio unido. Pero si buscan a Dios para que sea su guía y su ancla; si lo invitan a entrar en su matrimonio y ambos confían en Él como su poderoso consejero, no hay nada demasiado grande para Él.

Ahora, miren a ese hombre que se está preparando para llevarlos al altar. Aquel con el pelo canoso que te cantó para dormir, te ayudó con tu tarea de matemáticas, y te enseñó a pescar. Él es el listón por el que debes medir a cualquier hombre que se crea a la altura de la tarea de ser tu compañero de por vida. Es el mejor ejemplo vivo que puedo ofrecerte. . no porque sea perfecto y tenga todas las respuestas, sino precisamente porque no lo es. Porque ha cometido errores y ha pedido perdón. Porque se ha quedado corto y ha buscado la guía de Dios para hacerlo mejor. Porque me ha amado cuando he sido poco amable, me ha apreciado cuando he sido indigno de alabanza, y ha rezado por mí en todos los asuntos. Porque nunca se ha rendido. Te mereces un hombre como él.

Sé que eres joven y estás enamorada, y atrapada en la planificación del gran día. Pero espero que guardes esta carta y recuerdes mis palabras cuando las necesites. Mientras tanto, tu padre y yo estaremos rezando por ti y por ese chico que está en el altar con una gran sonrisa en la cara.

Amor,
Mamá

Publicada originalmente en el blog de la autora

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Jelise Ballon

Jelise es educadora, escritora y conferenciante. Es autora del libro «Forgiven and Restored» (Perdonados y restaurados) y fundadora del retiro para mujeres Renew and Restore. Pero los dos papeles que más le apasionan son los de esposa y madre. Lleva 20 años casada con su marido y juntos tienen tres adolescentes. Puedes leer más en su blog: www.neitherheightnordepth.com, o seguirla en Facebook, Twitter o Instagram.

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