Así que una forma un poco más académica de explicar la agencia personal es describirla como un fuerte locus de control interno.
Considero que ayudar a las personas a desarrollar un fuerte sentido de agencia personal es una de las formas más poderosas de permitir que las personas crezcan y formen parte de organizaciones saludables. El lenguaje que utilizamos y los sistemas organizativos que diseñamos, a veces refuerzan inadvertidamente un sentido de falta de agencia (a veces denominado «impotencia aprendida» o «victimismo»).
Otra poderosa palanca, sugerida por Steven Covey, y más recientemente por James Clear, es el enfoque. Covey crea una interesante distinción entre nuestro «círculo de preocupación» y nuestro «círculo de control», que Clear explica de forma elocuente:
Los círculos de preocupación son las cosas por las que a menudo pierdes tiempo y energía preocupándote, pero sobre las que tienes poco o ningún control. Mientras tanto, los Círculos de Control son las cosas sobre las que puedes influir en tu vida diaria.
Por ejemplo, la gran mayoría de las noticias -la guerra y el terrorismo, la economía y los precios de las acciones, los chismes de los famosos y los escándalos políticos- caen de lleno en el Círculo de Preocupación. Pueden absorber fácilmente tu tiempo y energía, pero no tienes prácticamente ningún control sobre esos acontecimientos.
Otros ejemplos incluyen enfadarse por lo que alguien ha publicado en Facebook, preocuparse por lo que otras personas piensan de ti o desear que tus hijos tomen mejores decisiones (un deseo válido, pero que sigue estando fuera de tu control).
El consejo de Covey es cambiar nuestro enfoque de nuestro «círculo de preocupación» a nuestro «círculo de control». Incluso en su superficie, parece que la introducción de esta distinción puede ayudar a las personas a ver la agencia personal que ya tienen, y es de esperar que, con el tiempo, empiece a crecer ese círculo hacia fuera.