John Donne nació de un próspero ferretero londinense (también llamado John Donne), en 1572. Los Donne eran católicos, y el joven John fue educado por los jesuitas. Su padre murió cuando él era joven, y fue criado por su madre, Elizabeth.
A la edad de 11 años, John Donne fue a Hart Hall en la Universidad de Oxford, donde estudió durante tres años y luego pasó a la Universidad de Cambridge durante otros tres años. Donne no se licenció en ninguna de las dos universidades, porque como católico no podía prestar el requerido Juramento de Supremacía en la graduación.
Después de Cambridge, Donne estudió derecho en Lincoln’s Inn en Londres. Su fe se vio muy afectada cuando su hermano menor, Henry, murió en la cárcel, donde había sido enviado por acoger a un sacerdote católico. La primera obra literaria de Donne, Sátiras, fue escrita durante este periodo. Le siguieron Canciones y Sonetos, una colección de poemas de amor que gozó de un considerable éxito a través de la circulación privada.
Donne obtuvo una cómoda herencia, que procedió a gastar de forma despilfarradora en «vino, mujeres y canciones». Se unió a la incursión del Conde de Essex en Cádiz en 1596, y a una expedición a las Azores al año siguiente.
A su regreso, Donne se convirtió en secretario privado de Sir Thomas Egerton, Lord Keeper of the Great Seal. Sus posibilidades de progresar en su carrera se destruyeron cuando se casó en secreto con Anne More, hija de Sir George More. El padre de Anne, enfurecido, hizo que Donne fuera arrojado a la prisión de Fleet durante varias semanas, y Egerton lo despidió de su puesto.
El matrimonio de Donne fue feliz, a pesar de las constantes preocupaciones financieras. Con su típico ingenio, Donne describió su vida con Anne como «John Donne, Anne Donne, Undone». Finalmente, en 1609, Jorge Moro fue inducido a ceder y pagar la dote de su hija. Mientras tanto, Donne trabajó como abogado y produjo Poemas divinos (1607).
La ruptura definitiva de Donne con su pasado católico se produjo con la publicación de Pseudo-Mártir (1610) e Ignacio su Cónclave. Estas obras le valieron el favor del rey Jaime, que le presionó para que tomara las órdenes anglicanas. Donne aceptó a regañadientes, y en 1615 fue nombrado capellán real, y al año siguiente obtuvo el puesto de lector de divinidad en Lincoln’s Inn. Allí, su feroz ingenio y aprendizaje convirtieron a Donne en uno de los predicadores más populares de su época.
En 1617, Anne Donne murió al dar a luz al duodécimo hijo de la pareja. Su muerte afectó enormemente a Donne, aunque continuó escribiendo, sobre todo Holy Sonnets (1618).
En 1621 Donne fue nombrado decano de San Pablo, cargo que ocupó durante el resto de su vida. En sus últimos años, los poemas de Donne reflejan una obsesión por su propia muerte, que se produjo el 31 de marzo de 1631.
John Donne es recordado por el ingenio y la conmoción de su poesía, aunque en su época era conocido también por sus fascinantes sermones y su estilo de predicación.
Como dato curioso, el monumento de Donne en la catedral de San Pablo fue el único que sobrevivió al Gran Incendio que destruyó la antigua catedral en 1666. Hoy puede verse en la nueva St. Paul’s.