Los mecanismos de curación del cuerpo son complejos y dinámicos, y si una herida es lo suficientemente profunda, siempre culminará en una cicatriz. Las cicatrices de las heridas por autolesión siguen prácticamente el mismo proceso que las cicatrices desarrolladas por otras formas de trauma. Los rasguños superficiales ligeros en la piel que no causan sangrado probablemente no se convertirán en tejido cicatricial. Si una herida autoinfligida penetra en la capa de la dermis de la piel o más profundamente, es muy probable que se produzca una cicatriz. La formación de una cicatriz es un evento que ocurre durante la etapa de maduración de la curación de la herida. También es conocida por algunos como la etapa de remodelación. Esta fase está marcada por la reestructuración de las proteínas de colágeno recién sintetizadas en un tejido cutáneo que se asemeja al anterior. Sin embargo, este proceso no es perfecto, por lo que el tejido de la cicatriz a menudo difiere en complexión y textura de la piel circundante.
Existe la posibilidad de que algunas cicatrices se conviertan en queloides o cicatrices hipertróficas. Estas cicatrices se caracterizan por su aspecto elevado y abultado y su tono descolorido. Los queloides son tumores benignos que crecen más allá del límite del lugar de la herida y cubren el tejido cutáneo circundante. Los queloides suelen ser de color rojo o púrpura y tienen un aspecto y una textura gruesa y fibrosa. Los queloides afectan de forma desproporcionada a las poblaciones con pigmentación cutánea más oscura. Las cicatrices hipertróficas son las menos graves de las dos, pero afectan a todas las poblaciones por igual. Estas cicatrices tienen un aspecto elevado y rojo, pero no crecen más allá de los límites iniciales de la herida. Si no se tratan, ambos tipos de cicatrices pueden volverse tensas, con picor y dolorosas.
Tratamiento y manejo de las cicatrices de silicona
Hay una serie de terapias en el mercado hoy en día para ayudar a mejorar la apariencia de los tipos de cicatrices irregulares aplanándolas y suavizándolas. Si la cirugía o las inyecciones de corticosteroides no son para usted, la tecnología de gel de silicona presenta una solución alternativa que es segura, eficaz y barata. Las láminas de gel de silicona surgieron hace más de 30 años como el único tratamiento tópico clínicamente probado para prevenir y reducir los tipos de cicatrices anormales. Como primera línea de defensa, los cirujanos y dermatólogos suelen recomendar la silicona médica antes de recurrir a procedimientos que pueden hacer más daño que bien.
Sabemos que la silicona tópica actúa a través de dos mecanismos de acción: la hidratación de las cicatrices y la regulación del colágeno. Cuando la piel se daña, los mecanismos de reparación del cuerpo se ponen en marcha para reparar la herida abierta con colágeno. A menudo, el cuerpo puede producir en exceso esta proteína vital, lo que conduce a una acumulación y a un tejido cicatricial elevado y descolorido. Al encapsular la zona de la cicatriz con silicona durante largos periodos de tiempo, el usuario obtiene el control de los niveles de oxígeno y humedad en la superficie de la piel. Este equilibrio perfecto de oxígeno y humedad, también conocido como homeostasis, hidrata la zona de la herida y estabiliza la síntesis de colágeno. Esto ayuda a reducir la altura de la cicatriz y la decoloración, permitiendo que las cicatrices se mezclen con el tejido circundante.
Cada cicatriz de autolesión cuenta una historia diferente de lucha. Mientras que estas historias pueden permanecer con usted para toda la vida, sus cicatrices no tienen que hacerlo. Recuerda que no estás solo. Si sufres depresión, ansiedad o soledad, es importante que sepas que hay gente que quiere ayudar.