Echamos la harina en un cuenco y la mezclamos con la sal. Agregamos el agua ligeramente tibia poco a poco mientras removemos con los dedos de una mano. La masa debe quedar blanda, aunque no excesivamente, pero que mantenga la forma y presionamos con un dedo y podamos hacer bolitas con ella sin problemas.

Si tenemos un comal, estupendo, pero si no lo que haremos será cocer las tortillas de maíz en una plancha o sartén antiadherente. Es importante que esté bien caliente y a fuego más bien alto, que podemos ir regulando o bajando según haga falta, para que las tortillas se hagan bien.

Dividimos la masa en bolitas del tamaño que mejor nos convenga, según el tamaño que queramos las tortillas. En mi caso me gustan más bien pequeñas, porque resultan más cómodas para comer, así que hago las bolas del tamaño de una ciruela.

Las aplastamos ligeramente y si tenemos una prensa o tortillera, que es lo que utilizan en México para aplastar la masa, lo haremos con ella. Si no es el caso, colocamos la bola entre dos trozos de papel film y aplastamos con algo que tenga peso, como por ejemplo la bandeja del horno. Lo importante es que deben quedar lo más finas posible, de apenas varios milímetros de grosor.

También podemos estirar con el rodillo clásico aunque la forma y el resultado será más irregular. De todos modos siempre podemos recurrir al típico aro y que nos queden bordes perfectos. Una vez tengamos la tortilla con la forma definitiva la volcamos con ayuda del film sobre la mano y la echamos en el comal o plancha que estará bien caliente.

Esperamos un minuto o dos y veremos como en la superficie se forman una especia de burbujas, damos la vuelta y terminamos de hacer. Podemos dar una tercera vuelta si queremos hacerlas mejor, aunque no es necesario. Repetimos la operación con el resto de masa y consumimos lo antes posible.

Con qué acompañar las tortillas de maíz para tacos

Las tortillas mexicanas de maíz para tacos hay que comerlas recién hechas. Lo que hacemos para mantenerlas bien mientras terminamos de cocinar el resto, es colocarlas en forma de montaña unas sobre otras cubiertas con un paño de algodón limpio. También podemos poner el plato sobre un cazo con agua templada, para que se conserven calientes y no se endurezcan.

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