Sabía que podría haberme sentado durante varias horas para que alguien me diera un masaje en la cara, así que decidí duplicar mi próximo tratamiento, con Thuyen Nguyen de FaceXercise, un facialista que tiene un culto, de boca en boca (Michelle Williams, Uma Thurman, Cindy Crawford, que por lo general vienen a él a través de maquilladores o peluqueros o amigos) para su Instant-Lift Facial Ultimate Workout.
Además, el Sr. Nguyen trabaja en una pequeña y oscura sala de tratamiento en Aqua, un estudio de ciclismo submarino en TriBeCa. Mi mente estuvo lujosamente en blanco durante 50 minutos mientras me lavaba la cara con su propio limpiador facial a base de carbón vegetal; luego me frotó con un aceite facial y me hizo un masaje de drenaje linfático para eliminar la retención de líquidos y la hinchazón. Tiene unos dedos suaves y fuertes que se mueven con rapidez y precisión alrededor de los ojos y la línea de la mandíbula. Cuando no me estaba masajeando, me amasaba o hacía movimientos rodantes o utilizaba pequeñas copas faciales.
De vez en cuando impartía alguna sabiduría, como «cada poro es un esfínter», o señalaba que estaba aplicando una mascarilla facial hecha con miel de Manuka, y yo hacía algún tipo de ruido afirmativo y luego volvía a un lugar de éxtasis sin palabras mientras trabajaba en mi piel. Al final me aplicó su propio suero multivitamínico y una crema, antes de masajearme el cuello y el cuero cabelludo y los pies.
Mis líneas de expresión ya no eran visibles, y mi piel tenía tan buen aspecto que una amiga me preguntó más tarde qué iluminador estaba usando cuando no llevaba maquillaje. Pero estos fueron meros bonos después del placer del tratamiento.
Al salir, le dije al Sr. Nguyen que estaba a punto de volar a Asia y le pregunté qué podía hacer para preservar mi piel durante los vuelos de larga distancia. «Cuando te acuerdes, aprieta la piel para poner en marcha la circulación», me dijo. «El masaje es el suero de la juventud en una botella que todos buscamos». Puede que le crea.
