Los techos de palomitas de maíz se instalaron por primera vez en la década de 1950 como una forma más económica de terminar un techo que usar yeso. Los constructores también pensaron que la textura añadida era un elemento de diseño deseable para ocultar los defectos del techo y ayudar a absorber el sonido. La mezcla de estuco se combinaba con partículas de espuma de poliestireno para crear una textura similar a la del requesón. Desgraciadamente, esa textura puede capturar y retener mucho polvo y suciedad.
Aunque muchos propietarios han eliminado los techos de palomitas de maíz, muchos permanecen y necesitan ser limpiados. La limpieza lleva un poco de tiempo y puede ser un trabajo sucio, pero se puede hacer.
Advertencia
Antes de que Estados Unidos prohibiera el amianto como material de construcción, algunas fórmulas de techos de palomitas contenían el conocido carcinógeno. Si su casa fue construida antes de 1979, debe hacer una prueba de amianto antes de limpiar o quitar un techo de palomitas.
Con qué frecuencia limpiar un techo de palomitas
Dado que la textura de los techos de palomitas atrapa el polvo, los insectos y las telas de araña, pueden llegar a ser bastante aburridos. Por suerte, una limpieza a fondo una vez al año ayudará a darles brillo y a reducir los alérgenos del hogar. Las esquinas de las habitaciones y las zonas cercanas a las rejillas de ventilación deben revisarse y limpiarse con más frecuencia. Limpiar un techo de palomitas de maíz puede ser un trabajo sucio porque parte de la textura casi siempre se desprende mientras se limpia. Reserve mucho tiempo para hacer el trabajo.
Si el techo se ha decolorado por fugas en el techo, grasa de cocina pesada, humo de cigarrillo o de chimenea incluso de chimeneas de gas, es casi imposible eliminar estas manchas simplemente limpiando. Una mejor opción es utilizar una imprimación que bloquee las manchas y luego volver a pintar el techo para iluminar la habitación.
Qué necesita
Suministros
- Agua
- Líquido lavavajillas
- Lixiviación con cloro
Herramientas
- Trapos o lonas
- Máscara protectora y gafas de seguridad
- Escalera robusta
- Aspiradora con accesorios de cepillo, escoba, rodillo de pintura de mango largo
- Cinta para conductos (opcional)
- Botella(s) de pulverización
- Esponja(s)
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Realice el trabajo de preparación
Retire todos los muebles posibles de la habitación. Utilice telas, lonas o sábanas viejas para cubrir todo lo demás, incluido el suelo. Esto facilitará la limpieza y evitará que los muebles y la alfombra se manchen con los productos de limpieza.
Debe usar una mascarilla para evitar inhalar demasiado polvo y gafas de seguridad para proteger sus ojos del polvo y de los productos químicos de limpieza.
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Elimine el polvo
El primer paso es eliminar todas las partículas de polvo y telas de araña que han quedado atrapadas entre las protuberancias de la textura. Elige la herramienta que mejor te funcione. Asegúrese de tener herramientas con mangos lo suficientemente largos para alcanzar el techo o una escalera de mano muy resistente.
- Utilice una aspiradora: Una aspiradora con una manguera larga y su accesorio de cepillo más ancho es la mejor manera de capturar el polvo y evitar que se extienda por la habitación.
- Utilice una escoba: Una escoba de cerdas suaves funciona bien para barrer el polvo. No trabaje con demasiada agresividad porque puede quitar más palomitas de las que desea.
- Utilice un rodillo de pintura y cinta adhesiva o un rodillo de pelusa pegajoso: Si no tiene un rodillo pegajoso de mango largo, enrolle cinta adhesiva alrededor de un rodillo de pintura con el lado pegajoso hacia fuera. Pásela por el techo para atrapar el polvo. Cambie la cinta con frecuencia.
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Aclare las zonas sucias
Para limpiar un techo sucio, mezcle una cucharadita de un líquido lavavajillas con desengrasante en un litro de agua tibia. Coloque la mezcla en una botella de spray. Usando la escalera de mano, con la botella a una distancia mínima de 12 pulgadas del techo, rocíe una pequeña sección del techo a la vez. No moje demasiado el techo.
Utilice una esponja para eliminar la solución de limpieza y la suciedad. Enjuague la esponja frecuentemente con agua corriente para eliminar la suciedad acumulada y escurra el agua hasta que la esponja esté sólo ligeramente húmeda.
También puede utilizar un rodillo de pintura para aplicar la solución de limpieza. El rodillo debe estar ligeramente húmedo, sin que gotee agua. Pase el rodillo por una pequeña zona cada vez. Enjuague bien el rodillo de pintura sucio y elimine la mayor cantidad de agua posible antes de pasar a una nueva sección para limpiar.
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Blanquee las áreas con manchas oscuras
Si ha tenido una pequeña mancha de fuga o tiene secciones oscuras cerca de una chimenea, una solución de una parte de agua y una parte de lejía puede aclarar la mancha. Mezcle la solución en una botella pulverizadora y, utilizando gafas de seguridad, rocíe ligeramente la zona manchada con la solución blanqueadora. Deje que la zona se seque al aire.
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Haga circular el aire para acelerar el secado
Después de limpiar o tratar cualquier mancha, utilice ventiladores de circulación para secar el techo lo más rápidamente posible. No vuelva a tratar ninguna mancha hasta que el techo esté completamente seco. Demasiada humedad puede hacer que la textura se desintegre.
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Haga una limpieza final
Cuando el techo esté limpio, retire los paños de la habitación y aspire las palomitas de maíz y el polvo que puedan haber caído. Deseche con cuidado el material suelto porque no es seguro que lo consuman las mascotas o los niños.