¡Es la época más maravillosa del año! Por desgracia, también puede ser la época más peligrosa del año para los miembros de la familia de cuatro patas. Las decoraciones navideñas, los dulces y golosinas poco saludables y el frío del invierno pueden suponer una amenaza para nuestros perros. Pero hay una fuente de peligro en particular para la que todos los padres de mascotas deberían prepararse: ¡el árbol de Navidad!

El árbol:

Tanto si utiliza un árbol vivo y recién cortado como uno artificial, su árbol de Navidad creará, sin duda, cierta curiosidad en los miembros más peludos de su familia. Ten en cuenta estos peligros potenciales:

Asegúrate de que tu árbol está bien sujeto. Todos los años, los caninos curiosos vuelcan árboles que no están bien asegurados. Asegúrese de que su soporte de árbol tiene el tamaño suficiente para su árbol y, si es necesario, utilice cables para asegurar el árbol a una pared cercana para evitar que se caiga (y dañe a su perro).

Tenga cuidado con las agujas caídas. Dependiendo del tipo de árbol que utilice, las agujas caídas podrían ser ligeramente tóxicas para su perro. Los aceites del abeto, en particular, pueden causar irritación en la boca y el estómago y pueden provocar vómitos y malestar estomacal si se ingieren. Las agujas caídas, tanto de árboles vivos como artificiales, pueden provocar una obstrucción intestinal o perforar el tracto gastrointestinal del perro. Los árboles artificiales, especialmente los que se utilizan año tras año, pueden volverse frágiles con el tiempo y, algunos, están fabricados con materiales que no son seguros si se ingieren.

No deje que su perro beba el agua del árbol. Muchos árboles de Navidad vivos y recién cortados son tratados con conservantes, pesticidas y fertilizantes para ayudarles a mantener su mejor aspecto durante las fiestas. Además, muchas personas añaden aspirinas o conservantes florales al agua para mantener los árboles frescos el mayor tiempo posible. Estos aditivos hacen que el agua del árbol sea muy tóxica para los perros. Si hay mascotas curiosas en casa, limite siempre el acceso y cubra el depósito de agua.

La decoración:

Mantenga las luces y los cables fuera de su alcance. Asegúrese de que los cordones de luces utilizados para decorar el árbol estén fuera del alcance de su perro para evitar que se queme con una bombilla caliente o que reciba una descarga eléctrica al morder un cable. Fije los cables con cinta adhesiva a la pared o al suelo, o utilice protectores de cables para evitar su acceso.

Tenga cuidado al elegir los adornos. Muchos padres de mascotas han aprendido por las malas a guardar los frágiles adornos de cristal en favor de adornos de plástico o inastillables. Si tienes unos cuantos adornos preciosos sin los que no puedes vivir, cuélgalos en lo alto del árbol y utiliza limpiatubos o cinta para sujetarlos con seguridad a una rama. Si su perro es especialmente aficionado a su pelota (léase: obsesionado), puede considerar la posibilidad de evitar los adornos redondos o con forma de pelota, que pueden ser demasiado tentadores para un perro que los busca.

Evite los adornos perfumados o comestibles. Con un perro en casa, los días de ensartar palomitas de maíz para la guirnalda o de colgar bastones de caramelo comestibles del árbol han quedado atrás. En su lugar, opte por adornos no perfumados ni comestibles que no atraigan a su amigo de cuatro patas.

Deseche los ganchos metálicos para adornos. Los ganchos de metal, aunque son prácticos y fáciles de usar, pueden causar grandes problemas si se los tragan. Además, los ganchos ligeros pueden engancharse fácilmente en una cola que se mueva o en una oreja. En su lugar, opte por ganchos de plástico para adornos o cuelgue los adornos con cinta o hilo atado en un bucle.

Evite por completo el espumillón. Aunque le guste el aspecto de un árbol de Navidad empapado de espumillón plateado y brillante, no merece la pena el riesgo para su perro. El espumillón puede provocar fácilmente un atragantamiento o una obstrucción intestinal. Casi siempre se requiere una intervención quirúrgica para eliminar el oropel ingerido.

Los regalos:

No decore los regalos con cinta rizada. La cinta rizada, al igual que el espumillón, puede enredarse en los intestinos de un perro si se la traga, lo que casi siempre requiere una cirugía para extraerla. En su lugar, utilice arcos estándar para envolver regalos y adornar los paquetes.

Mantenga los regalos pequeños envueltos fuera de su alcance. Si un paquete envuelto para regalo es lo suficientemente pequeño como para entrar en la boca de su curioso cachorro, es muy probable que lo haga. Mantenga los regalos pequeños envueltos en alto y fuera de su alcance.

No coloque artículos de comida envueltos bajo el árbol. Aunque esa cesta de regalo tenga un buen aspecto y esté sellada, el sentido del olfato de su perro es mucho más fuerte que cualquier envoltorio de plástico. Si hay comida a su alcance, la encontrará y muy probablemente se la comerá. Mantenga los regalos comestibles en un lugar alto y fuera del alcance de los cachorros hambrientos.

Con estas medidas de seguridad, si su perro siente demasiada curiosidad por el árbol de Navidad, debería estar a salvo. Sin embargo, si simplemente no puede mantener a su amigo peludo alejado, considere la posibilidad de utilizar una valla para mascotas de interior para evitar el acceso o coloque el árbol en otra habitación que pueda cerrarse.

Si limitar el acceso no es posible, intente rociar el árbol con un disuasivo como el Spray de Manzana Amarga.

Nunca deje a su perro desatendido con el árbol de Navidad y considere la posibilidad de consultar a un entrenador de perros para que le ayude a enseñar que el árbol está fuera de los límites.

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