En 2016, se estima que 3 millones de personas murieron en el mundo por el uso nocivo del alcohol, según el informe sobre la situación mundial del alcohol y la salud de la Organización Mundial de la Salud. El alcohol puede causar daños y lesiones graves, ya sea directamente por el abuso de la sustancia o por el desencadenamiento de otra enfermedad, como las enfermedades hepáticas o los accidentes de tráfico.
Este es el tipo de riesgo para la salud que la mayoría de la gente asociaría con el consumo excesivo de alcohol, pero ¿sabías que el alcohol también puede afectar a tus ojos? El exceso de alcohol puede tener efectos tanto a corto como a largo plazo sobre la visión y la salud ocular, y es importante ser consciente de ambos.
Efectos a corto plazo del alcohol sobre la visión
El consumo de alcohol ralentiza las reacciones y, por lo tanto, los reflejos son más lentos; ésta es una de las principales razones por las que es peligroso e ilegal beber y conducir. Esta reacción lenta también afecta a su visión, con una reacción más lenta de la pupila, lo que hace más difícil distinguir claramente entre los diferentes objetos en función de la luminosidad y la oscuridad.
El alcohol puede provocar una visión borrosa y distorsionada y, aunque cada persona reacciona de forma diferente a las distintas cantidades de alcohol, es probable que lo experimente en algún momento. Existe un retraso entre el cerebro y los ojos debido a la lentitud de la comunicación entre los neurotransmisores en el cerebro, lo que debilita la coordinación de los músculos oculares.
El consumo excesivo de alcohol también puede provocar un aumento de la sequedad ocular y de las contracciones de los párpados. Es probable que estos síntomas desaparezcan una vez que haya dejado de beber.
Efectos a largo plazo del alcohol en la visión
Los efectos a largo plazo del abuso del alcohol pueden tener consecuencias perjudiciales para la visión y la salud ocular. En casos extremos, la ambliopía tóxica, resultado de una reacción tóxica en el nervio óptico que provoca la pérdida permanente de la visión.
El exceso de alcohol puede aumentar el riesgo de degeneración macular relacionada con la edad; el informe de la OMS reveló que el consumo diario de una persona media es de 33 g de alcohol puro, lo que equivale a 2 vasos de vino. Un estudio realizado en Australia reveló que el consumo de más de 20 g de alcohol al día aumenta en un 20% las probabilidades de desarrollar una DMAE temprana en comparación con quienes no consumen alcohol.
La mala alimentación y el consumo excesivo de alcohol también pueden estar relacionados con el desarrollo de cataratas.
El abuso prolongado de alcohol acabará afectando a su visión por la carencia de vitaminas. El hígado sólo puede procesar una cantidad determinada de alcohol a la vez y el consumo excesivo de alcohol puede afectar a la absorción de vitaminas en el hígado, que son necesarias para mantener unos ojos sanos y una buena visión.
Los estudios han demostrado que un consumo excesivo de alcohol puede llegar a cambiar los movimientos oculares en los adultos jóvenes; el alcohol afecta a varias áreas del sistema nervioso central, incluidas las funciones visuales.
Se aconseja tener en cuenta las unidades de alcohol recomendadas. También debe recordar acudir a las revisiones oculares periódicas, ya que su óptico puede ayudarle a identificar cualquier problema de visión.