¿Qué es la comercialización?
La comercialización es el proceso de llevar nuevos productos o servicios al mercado. El acto más amplio de la comercialización implica la producción, la distribución, el marketing, las ventas, el apoyo al cliente y otras funciones clave que son críticas para lograr el éxito comercial del nuevo producto o servicio.
Típicamente, la comercialización ocurre después de que una pequeña empresa ha crecido y escalado sus operaciones y ha alcanzado niveles que le permiten llegar con éxito a un mercado más grande. Por ejemplo, si una pequeña panadería es conocida por sus rollos de canela y los ha vendido con gran éxito, puede comercializar sus productos vendiendo los rollos de canela empaquetados a las tiendas de comestibles locales, donde otros pueden comprar los pasteles y la panadería puede aumentar sus ventas por múltiples factores.
Las claves
- La comercialización es el proceso de llevar nuevos productos o servicios al mercado.
- La comercialización requiere una estrategia de lanzamiento y comercialización del producto cuidadosamente desarrollada en tres niveles, que incluye la fase de ideación, el proceso de negocio y la etapa de las partes interesadas.
- El acto más amplio de la comercialización implica la producción, la distribución, el marketing, las ventas, la asistencia al cliente y otras funciones clave que son fundamentales para lograr el éxito comercial del nuevo producto o servicio.
Entendiendo la comercialización
La comercialización requiere una estrategia de lanzamiento y marketing del producto de tres niveles cuidadosamente desarrollada, que abarca los siguientes componentes principales:
- La fase de ideación
- La fase del proceso empresarial
- La fase de las partes interesadas
El proceso de comercialización
Mucha gente ve la fase de ideación como la boca de un embudo. Aunque muchas ideas entran en la parte superior del embudo, sólo una parte acaba descendiendo hacia la aplicación. La ideación trata de generar nuevos productos y servicios que satisfagan las demandas no satisfechas de los consumidores, y los diseños más funcionales se alinean con el modelo de negocio de la empresa, ofreciendo grandes beneficios a bajo coste.
La etapa de ideación se esfuerza por incorporar una filosofía de marketing conocida como «Las cuatro P», que significa producto, precio, plaza y promoción. Las empresas utilizan este concepto para determinar los productos que van a crear, los precios a los que los van a vender, la base de clientes a la que desean dirigirse y las campañas de marketing que van a lanzar para intentar sacar la mercancía de las estanterías.
Para que un producto potencial pueda ser comercializado, los esfuerzos de investigación y desarrollo (I&D) deben revelar un grado de valor público que pueda suponer un aumento de la rentabilidad para la empresa. En la etapa del proceso empresarial, se hacen consideraciones en términos de viabilidad, costes y se piensa en cómo podría ponerse en marcha realmente una estrategia de comercialización potencial.
Dicho esto, la etapa de las partes interesadas suele incluirse en la reflexión sobre quién es el público objetivo y las partes interesadas de un producto o servicio comercializado. Para que la comercialización tenga realmente éxito, una empresa debe satisfacer tanto las necesidades de sus clientes como las de las partes interesadas.
Vender nuevos productos en el mercado
Las patentes, los registros de marcas y otras medidas legales deben llevarse a cabo para proteger los derechos intelectuales de un producto, antes de que éste pueda salir al mercado. La fabricación puede llevarse a cabo en la propia empresa, o puede subcontratarse a fábricas de terceros. Una vez que la línea de productos está completa, los esfuerzos de promoción dan a conocer el mercado objetivo, al que se accede a través de los canales de distribución, así como de las asociaciones con los minoristas.
Aunque las empresas que producen, comercializan y distribuyen los productos internamente tienden a obtener mayores beneficios porque no tienen que compartir los ingresos con los intermediarios, también asumen una mayor responsabilidad con respecto a los excesos de costes de producción.