Cor pulmonale, agrandamiento del ventrículo derecho del corazón, resultante de trastornos de los pulmones o de los vasos sanguíneos de los pulmones o de anomalías de la pared torácica. Una persona con cor pulmonale tiene una tos crónica, experimenta dificultad para respirar después de un esfuerzo, sibilancias y está débil y se fatiga fácilmente. Puede acumularse líquido en las piernas; puede sentirse dolor en la parte superior derecha del abdomen; pueden observarse alteraciones digestivas; las venas del cuello están distendidas y las puntas de los dedos pueden estar en forma de palillo.
La causa más común del cor pulmonale crónico es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), un término utilizado para describir cualquier condición en la que el flujo de aire está obstruido, como en la bronquitis crónica y el enfisema. En el cor pulmonale crónico, la red de capilares de los pulmones se destruye progresivamente, lo que provoca un aumento de la presión en la arteria pulmonar -la arteria que lleva la sangre desde el ventrículo derecho a los pulmones- (hipertensión pulmonar). La contrapresión resultante en el ventrículo derecho aumenta el trabajo y el tamaño de la cámara, lo que conduce al agrandamiento del corazón y, finalmente, si no se corrige, a la insuficiencia cardíaca. El cor pulmonale agudo puede producirse por una embolia, como un coágulo de sangre, en un vaso pulmonar.
El tratamiento de la forma aguda de la enfermedad suele consistir en la eliminación de la obstrucción pulmonar. El tratamiento del cor pulmonale crónico incluye el uso de antibióticos para combatir la infección respiratoria y el uso de un respirador para facilitar la respiración del paciente, la restricción de la ingesta de sodio y la administración de diuréticos y fármacos cardiovasculares como los digitálicos o los bloqueadores de los canales del calcio.
