La mordedura de una serpiente o un lagarto venenosos no sólo es bastante dolorosa, sino que también puede poner en peligro la vida. Los niños corren el mayor riesgo de sufrir complicaciones graves o de morir debido a su pequeño tamaño.

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Aunque la mayoría de las serpientes y lagartos de Norteamérica no son venenosos, unas pocas especies pueden herir gravemente o matar a alguien con su veneno si la mordedura no se trata rápidamente. Entre ellas se encuentran la serpiente de cascabel, la cabeza de cobre, la boca de algodón, la serpiente de coral, el monstruo de Gila y el lagarto barbudo mexicano.

Los síntomas de una mordedura de serpiente o lagarto varían según la especie, pero pueden incluir dolor, hinchazón, visión borrosa, convulsiones, diarrea, entumecimiento, pulso rápido, muerte del tejido, presión arterial baja, shock, dificultad para respirar, parálisis y muerte.

Las mordeduras son raras pero pueden poner en peligro la vida, y deben ser tratadas en urgencias. Si es posible hacerlo sin peligro, intente identificar a la serpiente o al lagarto para poder administrar el antiveneno correcto (un medicamento que contrarresta el efecto del veneno). Aunque la serpiente o el lagarto no parezcan venenosos, busque un tratamiento de emergencia, ya que muchas especies no venenosas tienen un aspecto venenoso.

Tenga en cuenta

Aunque cualquier serpiente o lagarto morderá cuando se sienta amenazado, sorprendido o acorralado, la mayoría hace lo posible por evitar a las personas. Además, la mayoría de las serpientes y lagartos de Norteamérica no son venenosos, por lo que la posibilidad de resultar herido por uno de ellos es increíblemente pequeña.

Todas las entradas del diccionario de la A a la Z son revisadas regularmente por expertos médicos de KidsHealth.

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