Publicado el 2 de diciembre de 2013 por Paul Turek, MD

Este caso del mes involucra a un paciente real de La Clínica Turek.

Tenía 32 años y había estado teniendo problemas para concebir durante tres años. Su historia era completamente anodina excepto por una cosa: había tenido un dolor en su testículo derecho inmediatamente después de la eyaculación desde que podía recordar. Su evaluación mostró que no había espermatozoides en el eyaculado (azoospermia) en varias ocasiones. Pero la verdadera pista era que su volumen de eyaculación era siempre bajo, media cucharadita o menos. «Ha sido así desde que tengo uso de razón, doctor. ¿Es normal?», preguntó.

Tubos obstruidos

No, no lo es. Ni el dolor ni el bajo volumen. Hasta nuevo aviso, se trata de un caso clásico de obstrucción del conducto eyaculatorio. Su producción de esperma es probablemente totalmente normal, pero hay un simple problema de plomería. Sus conductos están bloqueados justo donde la eyaculación entra en la uretra (tubo de orina) cerca de la próstata. A diferencia de muchos otros hombres con azoospermia, el motor de este hombre (la producción de esperma) está bien, pero su escape (el conducto eyaculatorio) está bloqueado. ¿Se puede curar? Por supuesto.

Evolución del pensamiento

He reflexionado y publicado sobre esta causa poco común de infertilidad por factor masculino durante casi dos décadas. He aquí un rápido recuento de cómo ha evolucionado mi pensamiento:

  • 1996 – Examiné lo buenos que eran los tratamientos actuales. Mi primer artículo demostró que, en muchos casos, estábamos equivocados, ya que la cirugía no ayudaba a todo el mundo.
  • 1996 – Para obtener algunas respuestas, fui a la vieja escuela y examiné los conductos eyaculatorios de cadáveres humanos y especímenes quirúrgicos frescos. Esto me enseñó mucho sobre la anatomía (estructura) de este sistema.
  • 1998 – Para obtener más respuestas, desarrollé un modelo animal de este problema y aprendí mucho más sobre la fisiología (función) de cómo funciona este sistema.
  • 2004 – Comparé todos los métodos actuales utilizados para hacer el diagnóstico y calculé cuál de ellos era la mejor prueba para esta condición.
  • 2008 – No contento con las pruebas actuales, inventé una nueva y mejorada forma de hacer el diagnóstico que llevó a mayores tasas de curación quirúrgica. Todavía lo utilizo a día de hoy.

Volver a lo básico es una forma probada de hacer avanzar la medicina. Los estudios anatómicos, como los iniciados por Vesalio en el siglo XVI, siguen desempeñando un papel en la medicina moderna. Y lo mismo ocurre con los estudios de fisiología, dilucidados por primera vez por Galeno en el siglo I de nuestra era. Me siento realmente honrado de continuar con las sagradas tradiciones de nuestros antepasados médicos y de ampliar los límites de la medicina moderna al mismo tiempo.

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