El dolor en el parto es una constante, no sólo en los tratados médicos, sino también en la tradición cultural y religiosa del ser humano.

Dolores de parto

Prestigiosos investigadores como Melzack realizaron estudios sobre el dolor de parto en la segunda mitad del siglo XX. En ellos encontraron que un 60% de las nulíparas y un 45% de las multíparas experimentaban dolor muy intenso o intolerable en el parto, no siendo las medidas de relajación o preparación suficientes para conseguir un alivio significativo. (1)

Las técnicas analgésicas epidurales o espinales han demostrado su eficacia, convirtiéndose en la referencia en el alivio del dolor, son técnicas muy eficaces aunque no exentas de complicaciones como la hipotensión o la cefalea post-punción.

El dolor de parto tiene tres componentes fundamentales, uno abdominal intermitente relacionado con las contracciones, otro lumbar intermitente y un tercero lumbar continuo. Todos ellos evolucionan durante el parto aumentando en intensidad a medida que este se desarrolla.

Dolores de parto

El dolor de parto comienza afectando a los dermatomas D10-11-12 y L1 y progresa desde el primer estadio por la inervación de útero y cuello, vía nervios sensitivos, plexo uterino y cervical, hipogástricos, plexo aórtico y cadenas simpáticas lumbar y torácica inferior.

Dolores de parto

En el segundo estadio el dolor se extiende a segmentos sacros vía nervios pudendos por la distensión del periné sin desaparecer el dolor referido que afecta a los segmentos dorsales y lumbares aunque perdiendo protagonismo.

La compleja integración a nivel medular y encefálico, en hipotálamo, sistema límbico, tálamo y cortex, explica la diferente percepción en cada ocasión mediada por los mecanismos inhibitorios descendentes.

Dolores de parto

La pregunta que siempre se plantea es: siendo un proceso natural, ¿debemos tratar el dolor?

Paciente de 24 años, primípara, ingresa para parto, el embarazo se encuentra en la semana 37, en las últimas dos semanas la ganancia de peso ha sido muy escasa lo que aconseja valorar una posible inducción.

Tras 24h de control el parto no se inicia de forma espontanea por lo que se inicia goteo con oxitocina. Tras una hora con contracciones progresivamente mayores y dolor en aumento se decide realizar punción epidural iniciando perfusión de Bupivacaina y Fentanilo dosis bajas. Seis horas después el parto sigue su curso, la dilatación apenas ha aumentado a 4 cm. Nueve horas después ante una dilatación de apenas 6 cm se decide realizar una cesárea.

Se emplea para inducir la anestesia el mismo catéter con una dosis anestésica cuatro veces mayor de la empleada para la analgesia. La cirugía transcurre sin incidencias. El neonato presenta un tumor de parto craneal pero su exploración y APGAR score es normal.

Dolores de parto

Pese a no ser la vía natural, todo se desarrolla como cabria esperar y ambos, madre e hijo, descansan después del esfuerzo. ¿Quién puede dudar del beneficio de una técnica analgésica que permite un reto extenuante de tantas horas, que mejora el confort de la paciente y disminuye el estrés durante el mismo, que mejora la circulación feto-placentaria, que hace posible un parto, de otra forma inviable?

Solo queda una pregunta: deberíamos tratar el dolor del parto en el feto-recién nacido, actualmente sabemos que su cerebro integra el dolor a partir de la semana veintitantos de su desarrollo,… quizá ese primer viaje de nuestras vidas deberíamos prepararlo mejor.

(1) Melzack et al Can Med Assoc J 1981, 125: 357-63.

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