Se espera que el ex consejero delegado y cofundador de Uber, Travis Kalanick, gane 9.000 millones de dólares en la próxima OPV de la compañía. Justin Sullivan/Getty Images

Cuando Uber salga a bolsa en mayo, se espera una afluencia de millonarios en Silicon Valley. Pero, ¿sabes qué es más genial que un millón de dólares? Un billón de dólares. Que sean 9.000 millones de dólares.

Esta es la suma que se espera que el infame cofundador y ex consejero delegado de Uber, Travis Kalanick, se embale el mes que viene con la salida a bolsa de la startup de viajes compartidos. Kalanick renunció a su propia empresa en 2017 debido a un período plagado de escándalos que implicó agitación interna y problemas de imagen pública, pero el cofundador todavía posee el 8,6% del capital y se sienta en el consejo de administración de Uber.

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Cuando la empresa de transporte por taxi cotice en la Bolsa de Nueva York y comience a cotizar bajo el ticker UBER, las acciones de Kalanick pasarán a ser líquidas, lo que le dará la opción de vender públicamente sus acciones. El fundador, que ayudó a poner en marcha la empresa en 2009, posee actualmente 117,5 millones de acciones de Uber, según la solicitud de salida a bolsa de Uber realizada esta semana. También es el tercer mayor accionista de Uber, sólo por detrás de los gigantes del capital riesgo SoftBank y Benchmark. También vale la pena señalar que Kalanick no es ajeno a cobrar sus acciones de Uber, ya que ya vendió 1.400 millones de dólares de ellas a SoftBank a principios de 2018, lo que lo convirtió oficialmente en multimillonario.

La fortuna de 9.000 millones de dólares se sumará aún más al patrimonio neto de Kalanick, que actualmente es de 5.800 millones de dólares. Si estás confundido acerca de cómo un CEO «despedido» todavía puede ganar miles de millones de su startup unicornio, no estás solo. Las startups en fase inicial tienen unas posiciones accionariales notoriamente complicadas, y normalmente tienden a beneficiar a los presidentes de los consejos de administración y a los accionistas mayoritarios, como los fundadores y los directores ejecutivos. A diferencia de los empleados de las primeras etapas, que obtienen algunas opciones de compra de acciones y las pierden cuando dejan la empresa, los altos cargos de las startups tienden a tener más apalancamiento cuando se trata de sus acciones.

La decisión de Kalanick de dimitir en 2017 se produjo tras años como líder de Uber, dejando la reputación de la startup entre el público y los empleados contratados en necesidad de una importante rehabilitación. Durante su mandato de ocho años como director ejecutivo, Kalanick ayudó a hacer crecer a Uber hasta el servicio omnipresente en el que se ha convertido hoy. Sin embargo, también estuvo al frente de varios grandes escándalos relacionados con la cultura interna y los conductores descontentos, entre otros. Pero quizás el clavo en el ataúd para Kalanick fue la supervisión de Uber durante sus muy criticados fallos a la hora de investigar y hacer algo sobre las acusaciones de acoso de los conductores.

El mes que viene, Uber seguirá los pasos de su competidor Lyft al salir a bolsa, donde está previsto que se estrene como la octava mayor OPV de la historia en Estados Unidos.

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