Pasivos

Un pasivo es una deuda asumida por una entidad comercial como resultado de sus actividades de préstamo u otras obligaciones financieras (como la financiación de planes de pensiones para sus empleados). Los pasivos se saldan con acuerdos a corto o a largo plazo. La cantidad de tiempo asignada para pagar el pasivo suele estar determinada por el tamaño de la deuda; las grandes cantidades de dinero suelen tomarse prestadas bajo planes a largo plazo.

El pago de un pasivo generalmente implica el pago de la suma total de la cantidad prestada. Además, la entidad empresarial que proporciona el dinero a la institución prestataria suele cobrar intereses, calculados como un porcentaje de la cantidad que se ha prestado.

El pasivo de una empresa es un factor crítico para entender su situación financiera. El estado del pasivo de la empresa también entra en todas las transacciones relacionadas con la obtención de préstamos o arrendamientos de equipos.

Tipos de pasivos

Pasivos corrientes

Los pasivos corrientes son obligaciones financieras a corto plazo que se pagan en el plazo de un año o de un ciclo operativo corriente, lo que sea más largo. (Un ciclo operativo normal, si bien varía de una industria a otra, es el tiempo que transcurre desde la inversión inicial de una empresa en inventario hasta el momento en que se cobra el efectivo de las ventas de ese inventario o de los productos creados a partir de él). El pasivo corriente típico incluye gastos devengados como salarios, impuestos y pagos de intereses aún no pagados; cuentas por pagar; pagarés a corto plazo; dividendos en efectivo; e ingresos cobrados antes de la entrega real de bienes o servicios.

Todos los economistas, acreedores, inversores y otros miembros de la comunidad financiera consideran el pasivo corriente de una entidad empresarial como un importante indicador de su salud financiera general. Un indicador asociado al pasivo que se suele estudiar es el capital circulante. El término se refiere a la diferencia en dólares entre el total del pasivo corriente de una empresa y su total de activos corrientes. Otro barómetro es el coeficiente de solvencia. Los acreedores y otros calculan el coeficiente de solvencia dividiendo el total de activos corrientes entre el total de pasivos corrientes, lo que proporciona la relación entre los activos y los pasivos de la empresa. Por ejemplo, una empresa con 1,5 millones de dólares en activos corrientes y 500.000 dólares en pasivos corrientes tendría una relación de tres a uno entre activos y pasivos.

Pasivos a largo plazo

Los pasivos que no se pagan en el plazo de un año (o dentro del ciclo operativo de una empresa) se conocen como pasivos a largo plazo o no corrientes. Suelen implicar grandes sumas de dinero necesarias para acometer la apertura de un negocio, una expansión importante del mismo, sustituir activos o realizar una compra de activos importantes. Este tipo de deuda suele requerir un periodo de tiempo más largo para su pago. Ejemplos de pasivos a largo plazo son los pagarés, las hipotecas, las obligaciones de arrendamiento, los impuestos sobre la renta diferidos a pagar y las pensiones y otras prestaciones posteriores a la jubilación.

Cuando la deuda clasificada como a largo plazo se paga dentro del año siguiente, el importe de ese pasivo pagado debe ser reportado por la empresa como un pasivo corriente con el fin de reflejar el drenaje esperado en los activos corrientes. Una excepción a esta regla entra en vigor si una empresa decide pagar el pasivo mediante la transferencia de activos no corrientes que se han acumulado previamente para ese mismo fin.

Pasivos contingentes

Un tercer tipo de pasivo acumulado por las empresas se conoce como pasivo contingente. El término se refiere a los casos en los que una empresa informa de que existe un posible pasivo por un evento, transacción o incidente que ya ha tenido lugar; la empresa, sin embargo, todavía no sabe si se producirá un drenaje financiero de sus recursos. También suele desconocer la cuantía de la obligación financiera o el momento exacto en que ésta deberá pagarse.

Los pasivos contingentes suelen entrar en juego cuando se ha interpuesto una demanda u otra medida legal contra una empresa. Una demanda aún no resuelta relativa a los productos o servicios de una empresa, por ejemplo, podría considerarse como un pasivo contingente. La responsabilidad de limpieza y/o protección del medio ambiente a veces también entra en esta clasificación si el impacto monetario de las nuevas regulaciones o sanciones sobre una empresa es incierto.

Las empresas están legalmente obligadas a informar sobre los pasivos contingentes. Normalmente se registran en notas adjuntas a los estados financieros de la empresa y no como parte real de los mismos. Sin embargo, si una pérdida debida a un pasivo contingente se considera probable, debe incluirse como parte del estado financiero de la empresa.

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