22 de marzo de 2018 / Salud deportiva & Fitness

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Contribuidor: Hollie Heisler, PT

Se estima que hasta el 65 por ciento de los nadadores de competición experimentarán un problema con sus hombros en algún momento de su carrera. Esto no es sorprendente si se tiene en cuenta que un nadador de competición puede nadar de seis a ocho millas al día y dar fácilmente hasta un millón de brazadas al año.

Si unimos esto al hecho de que las articulaciones que componen el hombro son muy móviles, no es de extrañar que se produzcan elevados incidentes de síndromes de sobreuso y otras anomalías biomecánicas.

Evitar el hombro de nadador

Entonces, ¿cómo se puede evitar una lesión de este tipo, a menudo denominada genéricamente hombro de nadador? Una de las cosas más importantes que debe saber todo deportista es la diferencia entre el dolor muscular normal y la fatiga frente a los primeros síntomas de una lesión grave, como la disminución de la amplitud de movimiento, la debilidad y el dolor.

Si los síntomas parecen anormales, intente determinar cualquier factor que contribuya a ello, como los cambios en la intensidad, las distancias o la mecánica de la brazada. Cuanto antes se identifique y aborde un posible problema, más posibilidades habrá de una recuperación más rápida y saludable.

Recuerde que debe prestar atención a su cuerpo. Si continúa nadando para trabajar e ignorar el dolor, su respuesta inflamatoria aumentará. Esto hará más difícil precisar un diagnóstico y centrar el tratamiento en el origen del problema.

El papel del acondicionamiento

Otro aspecto importante de la prevención de lesiones y la rehabilitación es la fuerza y el acondicionamiento.

Debido a la naturaleza inestable del hombro, una cintura escapular fuerte y estable (es decir, los músculos dentro y alrededor de su hombro) es una necesidad. La debilidad de la cintura escapular puede contribuir a un golpe defectuoso, y poner una mayor tensión en su manguito rotador y bíceps.

Dos áreas a las que prestar especial atención son los rotadores internos del hombro y los estabilizadores escapulares. Los rotadores internos son más propensos a la fatiga en los nadadores de estilo libre, como han demostrado los estudios de electromiografía que miden la actividad eléctrica de los músculos en reposo y durante la contracción.

Una última idea a tener en cuenta para minimizar el riesgo de lesiones es tener cuidado con los estiramientos.

La mayoría de los nadadores no carecen de flexibilidad y, de hecho, tienen tendencia a ser hipermóviles. Intente evitar los estiramientos en pareja, que tienen tendencia a ser demasiado agresivos. Un calentamiento gentil de cinco a diez minutos de las extremidades superiores debería ser suficiente para aumentar el flujo sanguíneo y preparar los músculos para un entrenamiento.

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