Esta semana, en 1967, se instaló el primer cajero automático del mundo. El cajero se instaló fuera de una sucursal de Barclays en Enfield, al norte de Londres. A partir del 27 de junio de 1967, la gente ya no tenía que depender de los cajeros de los bancos, que a menudo cerraban a media tarde, para acceder a su dinero en efectivo.

En aquella época, aún no se habían inventado las tarjetas bancarias de plástico, por lo que la máquina aceptaba cheques y sólo dispensaba 10 libras cada vez. (John Shepherd-Barron, que inventó el primer cajero automático, murió en 2010, un mes antes de cumplir 85 años. Dijo que la idea se inspiró en un dispensador de barritas de chocolate.

Medio siglo después, los británicos se alejan del efectivo. El año pasado, los pagos con tarjetas de débito electrónicas superaron al dinero físico por primera vez, según UK Finance. Como es lógico, el número de cajeros automáticos en Gran Bretaña se ha ido reduciendo junto con la caída de las transacciones físicas en efectivo.

En 2017, había unos 69.600 cajeros automáticos en el Reino Unido, según LINK, la red a la que están conectados casi todos los cajeros automáticos británicos. Esta cifra es inferior al máximo histórico de 70.600 en 2015.

La mayor parte del descenso se debe a que hay menos cajeros que cobran comisiones. Según LINK, estos representan ahora menos del 3% de las retiradas de efectivo (pdf). Sin embargo, el número de cajeros gratuitos sigue creciendo. Dado que disponer de dinero en efectivo ya no es tan urgente, los consumidores parecen menos dispuestos a pagar una comisión por utilizar un cajero automático.

Aunque los cajeros automáticos pueden estar en vías de desaparecer en lugares como el Reino Unido, en todo el mundo el número de cajeros automáticos sigue aumentando, al igual que el uso del efectivo. La cantidad de efectivo en circulación ha pasado del 7% del PIB mundial en 2010 al 9% en 2016. El número de cajeros automáticos creció un 3%, hasta los 3,36 millones, en 2016, y la mayor parte del aumento provino de Asia, según la empresa de investigación y consultoría RBR (pdf). A medida que las empresas de tecnología financiera facilitan los pagos móviles, es posible que el número de cajeros automáticos no crezca tan rápido como en el pasado, pero los informes sobre su muerte han sido muy exagerados.

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