¿Tiene el antiguo espacio soviético algún significado histórico-regional, o realmente no es más que un área ocupada por un aspirante imperial, aprovechando la debilidad de las potencias europeas y asiáticas tras la Primera Guerra Mundial? El autor sostiene que el término «Eurasia» no es más que una forma conveniente de referirse a lo que había sido el territorio soviético. La historia reciente ha visto intentos de dotarlo de un mayor significado civilizatorio, pero estos intentos tienen sus raíces en la creación de mitos rusos. Las zonas que se entienden a sí mismas como europeas y forman parte de la cristiandad histórica volverán a la cultura «democrática» y consumista de Europa tan rápido como puedan. Las nacionalidades y pequeñas naciones del Cáucaso y de Asia central, predominantemente islámicas, se están convirtiendo en parte de «Oriente Medio», tal y como se entiende comúnmente en el discurso geopolítico contemporáneo. Algunas partes de lo que había sido el este y el sur de la Unión Soviética están cayendo en la órbita de China, e incluso la India puede ejercer cierta influencia. Los métodos utilizados por los estudiosos no soviéticos y soviéticos para estudiar la Unión Soviética son casi totalmente irrelevantes para los estudiosos contemporáneos.
