por Becton Loveless

Cuando se trata de aprender, muchos profesores se preocupan de cosas como los métodos de enseñanza, el apoyo de los padres y la instrucción diferencial. Sin embargo, la base de la eficacia de un profesor es el diseño del aula. La distribución de la clase puede influir en el aprendizaje de los alumnos.

La distribución del aula no es sólo una cuestión de reorganización de las sillas, sino de reorganización intencionada del aula para conseguir los resultados deseados. La forma en que un profesor reorganiza el aula debe depender de su filosofía personal, de los objetivos que espera alcanzar y de algunas de las mejores prácticas que se han descubierto en la investigación. Sin embargo, es importante tener un conocimiento básico de los elementos que influyen en la distribución del aula.

Los fundamentos de la distribución del aula

Escribiendo para la revista Teacher Magazine, la autora Jo Earp señala que la distribución del aula tiene un impacto en los resultados académicos. Las investigaciones parecen demostrar que la disposición de una clase representa el 16% del impacto en el aprendizaje de un alumno. Al organizar una clase, los profesores deben tener en cuenta una serie de factores ambientales, como la iluminación, la temperatura e incluso la calidad del aire y los colores utilizados en el aula. Para muchos profesores, tener en cuenta cada uno de estos factores puede resultar poco práctico. Sin embargo, la lección que hay que extraer es que el diseño de un aula es importante para maximizar los resultados académicos de los alumnos.

Pero otro estudio indicó que la distribución del aula puede tener un impacto del 25% en el aprendizaje, ya sea positivo o negativo, dependiendo de cómo esté diseñada la clase. Con una disposición adecuada del aula, se puede aumentar la concentración, mejorar el comportamiento y los profesores pueden apoyar los resultados del aprendizaje de forma más eficaz. Al igual que en estudios anteriores, los investigadores observaron varios factores que podrían influir en los resultados académicos. La disposición del aula puede afectar a la acústica, por lo que los profesores que se inclinan mucho por el formato de conferencia pueden querer disponer los pupitres de forma que todos los estudiantes puedan oír claramente al instructor.

Un elemento interesante del diseño del aula es el concepto de propiedad. La propiedad se refiere al diseño de un aula de forma que los estudiantes y los profesores sientan que son dueños del espacio que les rodea. Esto puede lograrse utilizando mobiliario que pueda reconfigurarse, aunque sea de forma limitada, permitiendo así a los estudiantes reorganizar su entorno de trabajo. Esto también puede ser útil si los profesores reorganizan a menudo el aula para alternar entre las clases y el trabajo en grupo.

Un factor que a menudo escapa a la capacidad de control de los profesores, pero que los administradores escolares pueden considerar, es la naturaleza de la decoración que eligen para un aula. El nivel de confort que experimentan los alumnos mientras aprenden puede facilitarles el aprendizaje. Los muebles que son suaves, tienen colores relajantes e incluyen texturas confortables pueden mejorar el estado de ánimo de los estudiantes. Por lo tanto, al comprar los muebles para la escuela, hay que tener cuidado con el tipo de mobiliario que se utiliza en el aula.

Por supuesto, los profesores tienen cierto control sobre el mobiliario de la clase. Aunque no puedan comprar treinta sillas nuevas para los alumnos, pueden colgar diferentes muebles que incluyan colores relajantes para ayudar a mejorar el ambiente de aprendizaje. Este es sólo un ejemplo de cómo pueden personalizar el entorno con muebles únicos que mejoren el aula.

Filosofía detrás de la disposición del aula

Jo Earp señala que la forma en que se dispone un aula debe reflejar la propia filosofía educativa del profesor. Si están muy orientados al grupo, entonces las clases deben estar dispuestas de tal manera que faciliten el aprendizaje en grupo. Los pupitres deben estar dispuestos de forma que los alumnos puedan interactuar fácilmente entre sí y realizar las tareas en grupo de forma cooperativa. Los profesores que se centran mucho en las conferencias deben diseñar aulas dispuestas en una serie más tradicional de filas y columnas, lo que permite a los estudiantes tener una visión clara del conferenciante.

La elección de la disposición refleja filosofías de enseñanza muy diferentes. Los grupos pequeños indican que el profesor hace hincapié en la cooperación en el aula, mientras que las filas y columnas son utilizadas por los profesores que quieren centrarse en la creación de un ambiente estable y tranquilo en el aula. Hay que tener en cuenta que la elección de la disposición no tiene por qué ser estática y los profesores pueden optar por cambiar la disposición en función de las circunstancias. Al principio del año, las filas y las columnas pueden ayudar a crear un entorno estable y tranquilo, pero los profesores pueden optar más tarde por adoptar agrupaciones de grupos para cambiar la clase hacia un entorno cooperativo.

En realidad, no hay una forma óptima de organizar un aula. En su lugar, la clase debe disponerse de forma que se ajuste al estilo de enseñanza de un instructor y maximice los resultados de aprendizaje de los alumnos de ese instructor. Los estudiantes no deberían poder elegir sus propios asientos sin restricciones. En cambio, las actividades de aprendizaje que se realicen ese día deben dictar la disposición de los asientos. Cuando los estudiantes pueden elegir sus propios asientos, algunos elegirán mejor que otros y será más probable que tengan una mejor experiencia de aprendizaje. Por esta razón, sólo se debe permitir a los alumnos una cantidad limitada de opciones en cuanto a los asientos. Los profesores deben diseñar su disposición de forma que, independientemente de lo que elija el alumno, su experiencia de aprendizaje sea óptima.

Un estudio entre profesores y la forma en que disponían sus aulas reveló que solían tener en cuenta una serie de factores a la hora de diseñarlas. Los profesores solían tener en cuenta la vista de la pizarra, ajustaban su disposición en función del número de alumnos que había en la clase e intentaban organizar la clase de forma que cada alumno pudiera prestar la máxima atención a sus lecciones. En la práctica, esto demostró la afirmación de que no existe una disposición óptima del aula. En su lugar, los profesores deben organizar sus clases de acuerdo con su filosofía de enseñanza y de forma que se tengan en cuenta las características de sus alumnos.

Disposiciones del aula que fomentan la participación

Ciertas disposiciones del aula son más propensas a fomentar la participación. Los investigadores observaron a estudiantes que aprendían dos temas muy diferentes: matemáticas y lengua alemana. Durante ocho semanas, se utilizaron dos disposiciones de asientos. En algunos casos se utilizaron las tradicionales filas y columnas, mientras que en otros se utilizó un semicírculo. Los profesores siempre se situaban en la parte delantera del aula.

Al final del estudio, los investigadores descubrieron que los alumnos que estaban más centrados y alineados con el profesor eran más propensos a hacer preguntas. Estos resultados sugieren que los estudiantes pueden sentirse más comprometidos cuando se sientan de una manera que los pone más directamente a la vista del profesor. Curiosamente, el semicírculo tenía más probabilidades de generar compromiso que la disposición en filas y columnas. Cuando los profesores utilizaban una disposición en semicírculo, era más probable que tuvieran una visión directa de los que estaban en su aula. Los alumnos veían mejor a su profesor y tenían más oportunidades de dirigirse a ellos y participar.

Hay múltiples configuraciones que los profesores pueden utilizar para fomentar la participación. Los grupos pequeños de cuatro alumnos pueden organizarse de manera que las parejas de alumnos se coloquen frente a frente. Este formato es eficaz para el trabajo en grupo. Variaciones más grandes de esta configuración pueden incluir pupitres más largos y grupos de ocho estudiantes trabajando juntos, lo cual es efectivo para proyectos más grandes.

La participación en el aula en forma de debates puede ser fomentada usando diseños de aulas aún más grandes que todavía dependen de la participación activa de los estudiantes. Toda la clase puede estar sentada en una formación redonda para que puedan interactuar entre sí mientras un profesor observa desde fuera. Por otro lado, una clase puede formarse en semicírculo para que los alumnos puedan interactuar entre sí pero también tengan el mismo acceso al profesor. Cuando se trata de la participación en el aula, hay múltiples configuraciones con las que los profesores pueden querer experimentar.

Obstáculos para la educación

La disposición del aula puede afectar negativamente a algo más que a la participación de los alumnos. En ocasiones, los alumnos pueden estar colocados de tal manera que no pueden ver los gráficos o la pizarra que utiliza el profesor. A la hora de diseñar un aula, los profesores deben tener en cuenta todos los ángulos en los que se sentarán los alumnos.

En muchos casos, los dispositivos electrónicos y la tecnología modernos se ven obligados a ocupar espacios físicos que fueron diseñados hasta hace décadas. La nueva tecnología suele estar dispuesta según los viejos modelos pedagógicos, a menudo en filas y columnas enfrentadas. Sin embargo, las limitaciones impuestas al funcionamiento de los profesores no se limitan a la tecnología. En muchos casos, la forma geométrica del aula puede tener un impacto real en cómo los profesores pueden sentar a sus alumnos. Esto puede influir tanto en el uso de la tecnología como en la disposición de los alumnos en general cuando los profesores intentan optimizar la disposición para determinadas actividades del aula.

Disposición del aula y electrónica

La disposición del aula influye en la forma en que los alumnos utilizan sus dispositivos electrónicos. Hoy en día, en las aulas se utiliza una gran variedad de ayudas electrónicas, desde dispositivos móviles hasta ordenadores de sobremesa tradicionales. Sin embargo, la distribución puede tener un impacto tanto negativo como positivo en la experiencia de los estudiantes. La iluminación del techo y de las ventanas puede producir deslumbramientos que afectan negativamente a la experiencia de los alumnos.

La forma en que los profesores disponen la tecnología en el aula está, al igual que otras partes de la disposición del aula, relacionada con su filosofía de enseñanza. Un estudio realizado sobre la disposición de las aulas integradas con tecnología reveló que los profesores utilizaban enfoques muy diferentes para utilizar esa tecnología. En un caso, se utilizaba un único ordenador por cada grupo, para que los alumnos se vieran obligados a utilizarlo de forma colaborativa en lugar de que cada alumno trabajara de forma independiente. Otros profesores preferían un solo ordenador por aula para que los alumnos pudieran rotar hacia él para realizar tareas muy específicas.

Los investigadores hicieron algunas recomendaciones sobre las características de los ordenadores utilizados. Aunque no es estrictamente un aspecto de la distribución del aula, el diseño de un aula debe tener en cuenta los tipos de ordenadores elegidos en función del diseño de la clase. Si un profesor está diseñando un aula para enfatizar el trabajo en grupo, es necesario seleccionar pantallas lo suficientemente grandes como para que todos los miembros del grupo tengan una visión adecuada del trabajo que se está realizando. Los profesores que quieren enfatizar una disposición más tradicional de la clase pueden optar por utilizar una pantalla más pequeña que esté oscurecida en una parte de la sala para enfatizar mejor el formato de conferencia tradicional.

El Aula de Aprendizaje Activo

Un ejemplo de una disposición optimizada del aula es el aula de aprendizaje activo, que utiliza dos disposiciones diferentes dependiendo de las actividades que se realicen ese día. Este tipo de disposición se basa en un mobiliario fácilmente reorganizable para permitir un aula flexible. La primera configuración del aula incluye a los estudiantes sentados en grupos de mesas en un formato de cuatro personas, en pequeños grupos. La segunda configuración cambia la disposición de modo que las sillas se reorganizan para enfrentarse a una pizarra o un proyector. El mobiliario utilizado en estas aulas se desplaza a lo largo de sillas ligeras con ruedas que se fijan a los escritorios personales.

Los investigadores descubrieron que el uso de este tipo de aula flexible tenía múltiples beneficios. El primer beneficio era que creaba mucho espacio abierto en el que tanto los estudiantes como los instructores podían caminar e interactuar con los demás. Esta libertad de movimiento fomentaba las interacciones tanto intelectuales como sociales. Aunque los estudiantes solían trabajar en sus propios grupos pequeños, podían unirse fácilmente a sus mesas con un segundo grupo si tenían problemas. Esto promovía una comunidad de aprendizaje en la que la enseñanza entre iguales era continua. Esto también fomentó un sentimiento de orgullo entre los estudiantes, que se sentían cocreadores del conocimiento.

En lugar de ser meros receptores del conocimiento de un profesor, los estudiantes podían trabajar activamente con otros en la construcción del conocimiento. En consecuencia, los estudiantes se sintieron mucho más comprometidos que en otros formatos de clase. La facilidad con la que los estudiantes podían reconfigurar sus espacios de aprendizaje significaba que podían unirse rápidamente con otros y ayudar o recibir ayuda según fuera necesario.

El aula de aprendizaje activo también era útil para los profesores porque se basaba en herramientas que les ayudaban a entender lo bien que estaban aprendiendo los diferentes grupos. Uno de los elementos de los grupos pequeños era una pizarra blanca portátil que se extendía sobre el escritorio de cada miembro del grupo. Esto permitía a todos los miembros trabajar en diferentes secciones de la pizarra. Cada estudiante podía trabajar de forma independiente en su sección de la pizarra y luego consultar con los demás. Esto ayudó a los estudiantes a colaborar mejor y a discutir con los demás cómo habían llegado a las diferentes respuestas. Los profesores podían revisar la pizarra de cada grupo para ver si habían llegado a la respuesta correcta y ofrecerles información sobre dónde se habían equivocado. Las pizarras también eran útiles cuando los alumnos querían demostrar a otros miembros de su grupo cómo se había llegado a una respuesta, lo que convertía a algunos alumnos en instructores de su grupo.

Más allá del entorno académico, el aula de aprendizaje activo también era útil porque creaba un entorno en el que los alumnos eran más sociales y activos. Los profesores no siempre tendrán el tipo de mobiliario o las herramientas necesarias para el aula ideal de aprendizaje activo. Sin embargo, pueden tomar los principios de esa aula y aplicarlos a la suya.

Conclusión

La disposición del aula puede influir en los resultados académicos de varias maneras. El diseño de una clase influye en lo cómodos que se sienten los estudiantes, en lo mucho que se relacionan con sus instructores y en la facilidad con que pueden relacionarse entre sí. Por esta razón, los profesores deben considerar la distribución del aula como una parte importante para lograr sus objetivos, en lugar de una mera idea de última hora. El diseño de un aula puede influir significativamente en los resultados académicos, lo que hace que la distribución del aula sea importante para el enfoque pedagógico de cualquier profesor.

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