Keanu Reeves y Charlize Theron
Pantalla: Dulce noviembre

Mira Esto ofrece recomendaciones de películas inspiradas en los nuevos lanzamientos, los estrenos, la actualidad o, ocasionalmente, en nuestros propios e inescrutables caprichos. Esta semana: Con los compañeros de reparto de El hombre de acero, Kevin Costner y Diane Lane, que vuelven a aparecer juntos en Let Him Go, repasamos otros reencuentros de estrellas en la pantalla.

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Sweet November (2001)

Algunos reencuentros de estrellas cimentan el vínculo entre dos intérpretes mientras que otros sólo ofrecen rendimientos decrecientes. Dulce noviembre entra decididamente en esta última categoría, con Keanu Reeves y Charlize Theron generando menos calor en una historia de amor real que en El abogado del diablo, de Taylor Hackford, cuatro años antes. Remake de una comedia romántica de 1968 escrita por Herman Raucher, el sensiblero drama romántico de Pat O’Connor merece un visionado de curiosidad morbosa, no sólo por agotar la química entre los dos protagonistas, sino también por idear de algún modo un final más deprimente para los personajes de Reeves y Theron que el de su anterior colaboración, que te recordamos incluye un pacto con el diablo.

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Aunque su romance quedó eclipsado por la afición de Al Pacino a masticar escenarios, Theron y Reeves al menos parecían, en El abogado del diablo, el tipo de pareja hermosa y todavía encaprichada que despierta la envidia de los demás. Juntos son menos creíbles en Sweet November. Reeves interpreta al improbable Nelson Moss, un publicista que pierde el rumbo tras conocer a Sara (Theron), la propietaria de un negocio de peluquería canina. Su encuentro tiene que ver con el Departamento de Tráfico y con el salami, en caso de que necesites un recordatorio de que los años 2000 fueron una mala época para las comedias/dramas románticos. Por lo demás, la trama es la misma que en la original: Nelson se muda con Sara después de perder su trabajo, ella consigue que vaya más despacio y saboree la vida, y entonces ocurre la tragedia.

Reeves y Theron juegan a un sexy juego del escondite y se ponen cómodos en un baño de burbujas, pero se podría cambiar el personaje de Reeves por el del vecino de Sara, Chaz (Jason Isaacs, en el papel de mejor amigo gay solidario), y conseguir el mismo efecto. Reeves había demostrado con creces ser un protagonista romántico en 2001 (más o menos en Drácula de Bram Stoker), mientras que Theron había demostrado su atractivo como chica de ensueño en Las normas de la casa de la sidra y Juegos de renos. Pero los dos protagonistas nunca encajan: en una de las primeras escenas, Nelson se apresura a desnudar a Sara y ella se queja de su poca delicadeza romántica, lo que recuerda a una interacción similar en El abogado del diablo. Incluso después de que Nelson se entregue a la tutela de Sara, no hay un aumento discernible del afecto o la sensualidad. La relación se estanca a medida que la película se dirige a su ostensible conclusión lacrimógena.

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El segundo acto de Dulce noviembre presenta una fase de luna de miel más acelerada que la mayoría, por razones que quedan claras en el desenlace de la película. Nelson da largos paseos por la playa, hace de padre de la joven y solitaria vecina de Sara, y cambia las comidas de negocios en restaurantes con estrellas Michelin por cenar tocino vegano en un cuarto piso sin ascensor de la Misión. El cambio de estilo de vida que Sara le promete se desarrolla como una versión ampliada de un montaje de comedia romántica estándar, con un beso en un teleférico. Pero el quid pro quo con el que se inicia la relación acaba minándola. Hemos visto propuestas similares en comedias románticas como Pretty Woman, She’s All That y 10 Things I Hate About You, pero la innegable química entre sus respectivos protagonistas las trasciende. Reeves y Theron siguen estando bien juntas, siempre que las lecciones de Sara les permiten estar realmente cerca en lugar de dar volteretas con un grupo de caniches. Pero en Dulce noviembre, el placer es sólo comercial.

El verdadero logro de la película no consiste en convencernos de las cosas que Nelson y Sara harán por amor, sino de las cosas que los actores, establecidos o no, harán para intentar vendernos una historia de amor condenada. Theron se peina con una aspiradora, hace kick-boxing con botas de montaña y un kimono, y hace autostop hasta Oakland vestida de ladrona de bancos para rescatar a un perro. Reeves, por su parte, se pone nervioso por una campaña publicitaria fálica, ladra a sus nueve televisores y, por segunda vez en la película, da una serenata al objeto de su afecto. Puede que no salten chispas entre Nelson y Sara, pero Reeves y Theron demostraron su compromiso.

Disponibilidad: Sweet November está actualmente en streaming en Hoopla. También está disponible para alquilar o comprar en Amazon, Google Play, Apple, YouTube, Microsoft, Fandango, Redbox, DirectTV y VUDU.

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Editorial de TV

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