Incluso en una revisión rutinaria con su médico de cabecera, existe la posibilidad de cometer un error, ya sea un deslizamiento de la aguja durante una extracción de sangre o un procedimiento quirúrgico más grave que haya salido mal. A veces esos errores justifican un caso de negligencia médica. Aunque la línea que separa ambos casos puede ser complicada (la negligencia es en realidad una subcategoría de la mala praxis médica), hay algunas diferencias clave que los pacientes deben conocer.
Si cree que ha sido víctima de un daño por parte de un profesional médico, entender la diferencia entre mala praxis médica y negligencia médica puede ayudarle a determinar el tipo de reclamación que podría presentar razonablemente si emprendiera una acción legal. Necesitará la ayuda de un abogado profesional, por supuesto, pero también es una buena idea familiarizarse con los fundamentos de la mala praxis frente a la negligencia.
Mucha de la diferencia se reduce a la intención por parte del profesional médico.
Negligencia médica
La negligencia médica se produce cuando un médico causa un daño a un paciente sin saberlo, ya sea por simple ignorancia o por no tomar medidas cuando es necesario. La medicación es un área común en la que se produce la negligencia. Un médico puede, por ejemplo, recetar un medicamento sin tener en cuenta una interacción farmacológica perjudicial, lo que puede provocar desde una leve molestia hasta efectos que pongan en peligro la vida del paciente.
Ejemplos aún más graves pueden ser la perforación de un órgano durante una intervención quirúrgica, la administración de una dosis incorrecta de anestesia o no proporcionar al paciente las instrucciones adecuadas para el cuidado posterior a un procedimiento.
En cualquiera de estos casos, es posible que el médico o el profesional de la medicina no tenga mala voluntad hacia el paciente ni desee perjudicarlo, pero el hecho de no reconocer ciertos factores o de no tomar ciertas medidas podría poner en peligro la vida del paciente.
Malas prácticas médicas
La mala práctica médica se produce en muchos de los mismos casos. Pero a diferencia de la negligencia, en el caso de la mala praxis, el profesional médico es consciente de las posibles consecuencias de sus acciones (o no acciones) y procede de todos modos.
La cirugía es una categoría famosa en lo que respecta a la mala praxis médica. Si el equipo quirúrgico tiene prisa y no esteriliza correctamente el material quirúrgico -lo que en esencia supone recortar gastos-, es una forma de negligencia médica que podría provocar una infección o algo peor en el paciente. La prescripción excesiva de medicamentos, por su parte, es una forma de mala praxis que ha visto algunos casos famosos a lo largo de los años que implican a celebridades como Prince, Elvis y otros. Por otra parte, se ha sugerido que algunos médicos carecen de incentivos para evaluar adecuadamente si un paciente debe recibir medicación para el dolor, lo que en algunos casos puede conducir a la adicción y la sobredosis.
Las circunstancias de un paciente no tienen que ser fatales para calificar como negligencia o mala praxis. Sin embargo, los pacientes también deben tener en cuenta que no todas las situaciones en las que no están satisfechos con su atención médica cuentan como cualquiera de ellas.
Para seguir adelante con cualquier reclamación, busque la ayuda de un abogado de lesiones personales de confianza que pueda ayudarle a determinar si su situación justifica una acción legal, y cómo proceder en caso de que así sea.