En la mitología griega, Aquiles fue un héroe de la guerra de Troya, el personaje central y el mayor guerrero de la Ilíada de Homero. Como Aquiles murió a causa de una pequeña herida en el talón, el término «talón de Aquiles» ha pasado a significar la principal debilidad de una persona. Pero, ¿es el talón humano una parte realmente vulnerable de nuestro cuerpo? ¿Podría una flecha no venenosa haber causado la muerte de Aquiles? ¿Debe una flecha ser necesariamente venenosa para causar un talón letal? El propósito de este esfuerzo es explicar, desde un punto de vista anatómico, cómo la herida del talón de Aquiles pudo haberle causado la muerte. El tendón de Aquiles es el más fuerte, grande y grueso del cuerpo humano y desempeña un papel importante en la biomecánica de la extremidad inferior. La irrigación sanguínea del tendón procede de las arterias peronea y tibial posterior. Es muy probable que la flecha que mató a Aquiles estuviera envenenada. Esta suposición podría ser, por supuesto, suficiente para causar su muerte. En caso de que la flecha no estuviera envenenada, la ruptura de la arteria tibial posterior por la flecha podría haber causado una hemorragia, pero parece poco probable que dicha hemorragia fuera letal. Además, también podría haber tenido lugar una combinación de estas dos teorías, es decir, que una flecha envenenada traumatizara la arteria tibial posterior y, por tanto, provocara una rápida difusión del veneno así como una hemorragia. Además, podrían considerarse las bases infecciosas y/o inmunológicas de la muerte de Aquiles. En nuestra opinión, una flecha envenenada fue probablemente el factor crucial que condujo a la famosa e ingloriosa muerte de este glorioso héroe homérico.