Desafíos
¿Qué sucede en la intersección de la salud mental y la experiencia de uno como miembro de la comunidad negra? Aunque la experiencia de ser negro en Estados Unidos varía enormemente, existen factores culturales compartidos que contribuyen a definir la salud mental y a apoyar el bienestar, la resistencia y la curación.
Parte de esta experiencia cultural compartida -conexiones familiares, valores, expresión a través de la espiritualidad o la música, dependencia de la comunidad y de las redes religiosas- son enriquecedoras y pueden ser grandes fuentes de fortaleza y apoyo.
Sin embargo, otra parte de esta experiencia compartida es enfrentarse al racismo, la discriminación y la desigualdad que pueden afectar significativamente a la salud mental de una persona. Ser tratado o percibido como «menos que» por el color de su piel puede ser estresante e incluso traumatizante. Además, los miembros de la comunidad negra se enfrentan a dificultades estructurales para acceder a la atención y el tratamiento que necesitan.
Según la Oficina de Salud de las Minorías de los Servicios de Salud y Humanos, los adultos negros de Estados Unidos son más propensos que los adultos blancos a informar de síntomas persistentes de malestar emocional, como tristeza, desesperanza y sensación de que todo es un esfuerzo. Los adultos negros que viven por debajo del umbral de la pobreza tienen más del doble de probabilidades de manifestar un malestar psicológico grave que los que tienen más seguridad económica.
A pesar de las necesidades, sólo uno de cada tres adultos negros que necesitan atención de salud mental la reciben. Según la guía Mental Health Facts for African Americans de la Asociación Americana de Psiquiatría, también son:
- Menos propensos a recibir atención consistente con las directrices
- Menos frecuentemente incluidos en la investigación
- Más propensos a utilizar las salas de emergencia o la atención primaria (en lugar de los especialistas en salud mental)
Disparidades socioeconómicas
Los factores socioeconómicos pueden hacer que las opciones de tratamiento estén menos disponibles. En 2018, el 11,5% de los adultos negros en Estados Unidos no tenían ningún tipo de seguro médico.
La comunidad negra, al igual que otras comunidades de color, es más propensa a experimentar disparidades socioeconómicas como la exclusión de los recursos sanitarios, educativos, sociales y económicos. Estas disparidades pueden contribuir a empeorar los resultados de la salud mental.
Estigma
Las actitudes y creencias negativas hacia las personas que viven con problemas de salud mental están muy extendidas en Estados Unidos y pueden ser especialmente fuertes en la comunidad negra. Un estudio demostró que el 63% de las personas de raza negra creen que un problema de salud mental es un signo de debilidad personal. Como resultado, la gente puede sentir vergüenza por tener una enfermedad mental y preocuparse de que puedan ser discriminados debido a su condición.
Para muchos en la comunidad negra, puede ser increíblemente difícil discutir el tema de la salud mental debido a esta preocupación sobre cómo pueden ser percibidos por los demás. Este miedo puede impedir que las personas busquen atención de salud mental cuando realmente la necesitan.
Además, muchas personas optan por buscar apoyo en su comunidad religiosa en lugar de buscar un diagnóstico médico. En muchas comunidades negras de Estados Unidos, la iglesia, la mezquita u otra institución religiosa puede desempeñar un papel fundamental como lugar de encuentro y fuente de fortaleza.
La fe y la espiritualidad pueden ayudar en el proceso de recuperación y ser una parte importante de un plan de tratamiento. Por ejemplo, los líderes espirituales y las comunidades religiosas pueden proporcionar apoyo y reducir el aislamiento. Sin embargo, no deberían ser la única opción para las personas cuyo funcionamiento diario se ve afectado por los síntomas de salud mental.
En uno de los informes recientes de NAMI California sobre comunidades diversas, encuestamos a miembros de la comunidad y les pedimos que opinaran sobre esta afirmación: «Me siento cómodo hablando con amigos cercanos, familiares y miembros de la comunidad sobre mi salud o la de mi ser querido». El 67% de los que se identificaron como blancos respondieron con «muy de acuerdo» o «de acuerdo», en comparación con el 12,5% de los que se identificaron como afroamericanos/negros. Estas respuestas dispares indican serias diferencias en las experiencias actuales de estigmatización.
Lea más sobre nuestro informe sobre comunidades diversas.
Prejuicios de los proveedores y desigualdad en la atención
Las personas de raza negra se han visto históricamente afectadas negativamente por los prejuicios y la discriminación en el sistema de atención sanitaria en Estados Unidos. Y, por desgracia, muchos negros siguen teniendo estas experiencias negativas cuando intentan buscar tratamiento. Los prejuicios de los proveedores, tanto conscientes como inconscientes, y la falta de competencia cultural pueden dar lugar a diagnósticos erróneos y tratamientos inadecuados. Esto, en última instancia, puede conducir a la desconfianza en los profesionales de la salud mental y crear una barrera para que muchos se comprometan con el tratamiento.
Las personas de raza negra también pueden ser más propensas a identificar y describir los síntomas físicos relacionados con los problemas de salud mental. Por ejemplo, pueden describir dolores corporales cuando hablan de la depresión. Un proveedor de atención sanitaria que no sea culturalmente competente podría no reconocerlos como síntomas de un problema de salud mental. Además, los hombres negros son más propensos a recibir un diagnóstico erróneo de esquizofrenia cuando expresan síntomas relacionados con trastornos del estado de ánimo o TEPT.