Lechuga romana Datos rápidos
Nombre: Lechuga romana
Nombre científico: Lactuca sativa L. var. longifolia
Origen Región mediterránea y también Asia Menor
Colores Verde oscuro
Formas Largas, planas, estrechas, alargadas, rígidas oblongas, Longitud: 12 pulgadas
Sabor Agradable
Calorías 8 Kcal./taza
Nutrientes principales Vitamina K (40.17%)
Vitamina A (29,29%)
Vitamina B9 (16,00%)
Hierro (5,75%)
Manganeso (3.17%)
Beneficios para la salud Actividad antioxidante, Salud ósea, Dolencias cardíacas, Problemas oculares, Trata el cáncer
Más datos sobre la lechuga romana

La lechuga romana es un tipo de lechuga perteneciente al género Lactuca y originaria de la región mediterránea y también de Asia Menor. También incluye la escarola, la achicoria, el diente de león y la escarola. Su nombre científico es Lactuca sativa L. var. longifolia. La lechuga romana es una planta anual de estación fría que se cultiva por sus hojas sueltas que crecen en posición vertical desde el centro del tallo. Las hojas miden 30 cm de largo. Es más tolerante al calor que otros tipos de lechuga. Las variedades más comunes de lechuga romana son Parris Island Cos, Valmaine y Little Gem.

Se la conoce comúnmente como lechuga Cos, lechuga Manchester, lechuga romana. Esta lechuga se encuentra a finales del verano. Las lechugas romanas suelen añadirse a la cocina de Oriente Medio y a las ensaladas César. También se disfruta en los sándwiches.

Planta

La lechuga romana crece alrededor de 8-10 pulgadas de altura con cabeza alargada y hojas planas. Las hojas son largas, estrechas, alargadas, rígidas oblongas, de color verde oscuro, cada una de las cuales mide 12 pulgadas de largo. Las hojas interiores son de color amarillo verdoso, mientras que las exteriores son de color verde oscuro y miden 8-9 pulgadas (20-23 cm) de largo. La planta produce cabezas alargadas y con forma de pan que surgen erguidas del tallo central. Los tallos son blancos pero verdes en la parte superior. Crece en suelos fértiles y bien drenados. La lechuga romana tiene un sabor delicado y agradable.

Historia

El cultivo de la lechuga romana tiene lugar en el antiguo Egipto, que data de hace 6500 años. Recibió su nombre de los romanos. Los romanos seleccionaron las variedades y cultivaron lechugas de menor anchura y hojas más largas, lo que dio lugar a la forma moderna de la lechuga romana. Se extendió al Imperio Romano, la India y China.

China, España, Estados Unidos, India e Italia son los principales países productores de lechuga romana. Alrededor del 75% de la lechuga romana de Estados Unidos se produce en California. Arizona produce alrededor del 19%. Es general en los países mediterráneos de Europa, el norte de África y Asia occidental.

Valor nutricional

La ingesta de una taza de lechuga romana aporta unas 8 calorías. La lechuga romana está cargada de varios nutrientes, vitaminas, minerales y lípidos. Ofrece vitamina K (40,17% del VD), vitamina A (29,29% del VD), folato (16% del VD) y hierro (5,75% del VD). Compuesto por unos 44,47 gramos de agua, 0,58 gramos de proteína, 0,14 gramos de grasa y 1 gramo de fibra dietética.

Lechuga romana
Lechuga romana-granja
Lechuga romana-planta


Los nutrientes, minerales y vitaminas que se encuentran en la lechuga romana son útiles para aliviar los problemas de salud. La lechuga romana es un alimento nutritivo por su alto contenido en agua y su bajo contenido en calorías. Son una buena fuente de vitamina A, folato, vitamina K y fibra dietética. El consumo de lechuga romana ofrece varios beneficios para la salud. Se puede consumir en forma de batido, verdura, ensalada, etc.

  1. Actividad antioxidante

La vitamina C y la vitamina A son los antioxidantes que contrarrestan los radicales libres que conducen a las condiciones de salud como las enfermedades del corazón, el cáncer y la artritis. Los radicales libres se forman debido a la ingesta de alimentos procesados o a la exposición a contaminantes, toxinas y radiación.

La vitamina A reduce el estrés oxidativo y la inflamación que causan el daño celular y tisular. La vitamina C y la vitamina A son esenciales para la diferenciación celular y la regulación de los genes y contrarrestan el daño de los radicales libres. Ayuda a la vista y a la piel y mantiene los huesos fuertes y mejora la inmunidad.

  1. Salud ósea

Las verduras son una gran fuente de vitamina K que ayuda a construir los huesos. Los estudios demuestran que la vitamina K2 ayuda a prevenir la osteoporosis al mejorar la densidad ósea. De hecho, la vitamina K es esencial para construir una estructura ósea sana, curar moretones, coagulación de la sangre, ayudar a la calcificación de los huesos y prevenir enfermedades.

  1. Padecimientos del corazón

La lechuga romana contiene una cantidad adecuada de folato que convierte la homocisteína que, si no se convierte, conduce a problemas del corazón como la acumulación de placas y daños en los vasos sanguíneos.

Los antioxidantes que se encuentran en la lechuga romana, la vitamina C y la vitamina A, ayudan a oxidar el colesterol y mantienen las arterias sanas. Evita la acumulación de placa en las paredes de las arterias, lo que previene los accidentes cerebrovasculares, los infartos de miocardio, los coágulos de sangre y también aumenta el flujo sanguíneo.

  1. Problemas oculares

La lechuga romana proporciona una cantidad adecuada de vitamina C y vitamina A que previene las dolencias oculares como el glaucoma, la córnea, la degeneración macular, el glaucoma y la ceguera. Los estudios demuestran que el betacaroteno ayuda a prevenir la degeneración macular, asociada a la ceguera relacionada con la edad. Las investigaciones demuestran que las personas que consumen grandes cantidades de vitamina C y vitamina A tienen menos posibilidades de sufrir daños oculares.

  1. Retrasa el proceso de envejecimiento

Las cantidades abundantes de vitamina A son vitales para mantener la salud de la piel. Los estudios demuestran que la deficiencia de vitamina A da lugar a un cutis pobre. La vitamina C contribuye a la formación de colágeno en la piel, lo que ayuda a construir una piel sana y firme y evita la pérdida de elasticidad. Estos antioxidantes trabajan juntos para prevenir el daño celular que conduce al cáncer de piel.

Además, la lechuga romana proporciona una amplia cantidad de nutrientes como la vitamina C, la vitamina A, la vitamina B y el potasio que ayuda a defender la inflamación y el acné. La nutrición que se encuentra en la lechuga romana erradica el acné.

  1. Mejora el poder inmunológico

La vitamina C y la vitamina A son los nutrientes que ayudan a reforzar el sistema inmunológico. La vitamina A ayuda a regular los genes que participan en las respuestas autoinmunes. La vitamina A ayuda a contrarrestar las infecciones, a curar la piel, a mejorar el sistema digestivo y a erradicar el crecimiento de las bacterias.

La vitamina C ayuda al sistema inmunitario reduciendo la inflamación, la absorción de nutrientes y ayuda a la salud digestiva. Desempeña un papel vital para contrarrestar los virus, la gripe y los resfriados comunes.

  1. Trata el cáncer

Los estudios demuestran que el pigmento de clorofila de la lechuga romana ayuda a reducir las posibilidades de padecer cáncer de hígado y de colon. La vitamina C y la vitamina A previenen el daño del ADN y también controlan las células malignas. Las dietas ricas en vitamina C y vitamina A reducen las posibilidades de padecer cáncer de próstata, pulmón, ovarios, mama, boca, vejiga y piel.

  1. Previene los defectos de nacimiento

La ingesta adecuada de folato ayuda a promover un embarazo seguro y a prevenir los defectos de nacimiento. El folato mantiene el peso del feto, el desarrollo adecuado del corazón y la cara del feto, así como la formación saludable del tubo neural. La deficiencia de folato durante el embarazo da lugar a la espina bífida, que es un defecto del tubo neural.

La deficiencia de folato da lugar a la anemia, la mala digestión y la mala función inmunitaria. La ingesta adecuada de folato ayuda a combatir estas enfermedades que se encuentran en la lechuga romana.

  1. Ayuda a perder peso

La lechuga romana es baja en azúcar, carbohidratos, grasa, calorías y alta en agua y contenido de nutrientes. Esto ayuda a los que quieren perder peso. La fibra y el agua presentes en la lechuga romana ayudan al cuerpo a deshacerse del exceso de agua y la hinchazón, lo que ayuda a lograr el objetivo deseado.

  1. Digestión

La nutrición que se encuentra en la lechuga romana ayuda a facilitar la digestión, ya que es rica en fibra. Tiene un alto contenido en minerales, fibra y agua que ayuda al correcto movimiento y también elimina las toxinas del cuerpo.

Cómo comer

  • Las gruesas nervaduras de las hojas exteriores más viejas poseen un líquido lechoso que proporciona un sabor amargo a hierba.
  • Suele utilizarse en la ensalada César y en la cocina de Oriente Medio.
  • En América del Norte, se consume como ensalada.
  • Las hojas de esta lechuga se utilizan para adornar los sándwiches para darles un toque crujiente adicional.
  • La lechuga romana combina bien con verduras, semillas, frutas, frutos secos, picatostes integrales, cereales integrales, carnes, quesos y productos de soja.
  • Las hojas de la lechuga romana pueden utilizarse para envolver rellenos.
  • También se puede hacer un batido verde.
  • Se combina mejor con cebollas y pepinos, frutas y frutos secos.
  • También se sirve con aderezos cremosos.
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Impresionante

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