Estamos muy lejos de ser una sociedad que trate la menstruación de forma correcta, pero ya es hora de que empecemos el proceso, y un paso importante para ello es enseñar a nuestros hombres a saber cómo comportarse cuando su pareja sufre durante la menstruación.
Nuestras actitudes hacia las mujeres que menstrúan son especialmente regresivas, con una buena mezcla de tabúes en nuestra «cultura», por lo que los hombres indios deben hacer un esfuerzo adicional para que las mujeres se sientan cómodas durante la menstruación.
Antes de entrar en los detalles, he aquí una regla de oro para esos días: se trata de ella. No se trata de lo que TÚ pienses, ni de lo que TÚ sientas, se trata de ELLA. A menos que te caigas al suelo y convulsiones, es ella la que lo está pasando mal, no tú.
Entiende y reconoce que es un momento difícil: No seas petulante. Es tan insoportablemente doloroso como ella dice que es. No te puedes imaginar tener que pasar por ese dolor cada mes, así que no intentes actuar como si lo hicieras. Simplemente entender su dolor y decir que lo entiendes y que estás ahí para ella es un buen primer paso. No digas que no es un gran problema, es un gran problema para ella. Y como compañero cariñoso, deberías intentar ser de alguna ayuda.
No es desagradable, y ella no está «enferma»: Si sigues viendo Juego de Tronos después de toda esa sangría, puedes acostumbrarte a un proceso natural. Deja de sentir asco, y tranquilízala diciéndole que no hay nada asqueroso en ella, tenga o no la menstruación. Además, no es una enfermedad o dolencia, así que no la trates así.
Sé amable con ella, pero no seas condescendiente: ten paciencia, haz que se sienta mejor. Si está hiperventilando, acéptalo y sigue adelante. No te quejes de su inquietud. Escúchala, sé atento y amable. Pero no seas condescendiente con ella.
Ayúdala a salir: Levántate y mueve el culo. Tú también debes hacer su parte de las tareas. Termina el trabajo temprano, no asistas a ningún evento social durante ese tiempo. Lava su ropa, limpia la cocina, ve a por la compra, haz la cena y si quiere que saques agua de la nevera mientras se relaja en el sofá viendo una comedia romántica, hazlo. No te matará.
Dale confort físico: Dale un abrazo reconfortante, y si tienes manos grandes, dale un buen uso dándole un buen masaje. Un masaje en la espalda o en los pies puede ayudar mucho. Deja que se siente en tu regazo, abrázala si le apetece. Incluso cogerle la mano puede hacer que se sienta mejor. Pero recuerda, si te dice que te alejes, aléjate. Si es verano, asegúrate de que el aire acondicionado esté encendido y de que ella también tenga mantas.
Desaconseja los tabúes menstruales: Intenta alejarte de aquellos familiares que se ponen demasiado susceptibles con nuestra «cultura». Los tabúes menstruales son repugnantes. Ella puede ir a la cocina y cocinar si quiere, puede rezar si le apetece. No la encierres en otra habitación y no le sirvas la comida como si fuera infrahumana. Si tienes familia que insiste en todo esto, entonces múdate y vive separada.
Haz cualquier cosa que la ayude a sentirse mejor: Pregúntale lo que quiere, sin infantilizarla ni tratarla con condescendencia. Si te pide algo, hazlo. Tráele medicinas y compresas, o un batido. Si quiere ir al cine, reserva las entradas, y si quiere volver a mitad de camino, saca el coche lo antes posible. Si quiere salir por la noche, reserva una mesa. Si quiere quedarse sola en su habitación, déjala estar. Consigue que reciba ayuda médica cuando la necesite. Llenar una bolsa de agua caliente es una buena idea. Los chocolates pueden ser buenos para levantar el ánimo, así que téngalos a mano.
Sugiera prácticas saludables, pero no le des explicaciones: Puedes sugerirle prácticas saludables, como quizás evitar la comida basura y llevar una buena dieta, o evitar los tóxicos. Pero déjate de sugerencias, en última instancia ella sabe lo que quiere. Si es un hábito que quieres que reconsidere, espera a que pase la menstruación.
Esté disponible sexualmente: Esto es importante. Algunas mujeres se sienten excitadas durante su periodo o justo después. Existe la creencia de que esto puede ser un asunto sucio – algunas lo encuentran sucio, otras no. Ahora bien, nadie puede obligar a nadie a tener relaciones sexuales, pero si ella se siente excitada, meterse en la cama con ella y hacer lo que quiera, como quiera, puede ser un buen gesto. Si te parece un lío, puedes limpiarlo después. Y no te olvides de cambiar las sábanas cuando ella termine, es tu trabajo.