Martes, 25 de agosto de 2020 (HealthDay News) — Si tienes hipertensión y estás deprimido, no culpes a tus medicamentos para la presión arterial.

Aunque investigaciones anteriores insinuaban que podría haber una conexión entre los medicamentos para la presión arterial alta y la depresión, un nuevo estudio de docenas de fármacos de uso común no encontró tal relación.

De hecho, los investigadores daneses descubrieron lo contrario: nueve medicamentos para la presión arterial se asociaron con un menor riesgo de depresión.

¿Cómo podrían los medicamentos para la presión arterial ayudar a la depresión?

«Es posible que el mecanismo implicado en la disminución del riesgo de depresión sea el efecto antiinflamatorio entre estos nueve medicamentos», dijo el autor del estudio, el doctor Lars Vedel Kessing, en un comunicado de la revista Hypertension, donde se publicaron los hallazgos el 24 de agosto. Él es un profesor de psiquiatría en el Centro Psiquiátrico de Copenhague y la Universidad de Copenhague en Dinamarca.

Kessing añadió que se necesitan más estudios. Pero los hallazgos podrían ayudar a los médicos a la hora de elegir los medicamentos para tratar la presión arterial alta en pacientes que también tienen depresión o un alto riesgo de depresión.

También señaló que el estudio no estaba diseñado para demostrar una relación causa-efecto entre los medicamentos y un menor riesgo de depresión.

El nuevo estudio se basó en un registro de población danés. Los investigadores incluyeron a 5,4 millones de personas en Dinamarca en 2005 y siguieron sus resultados de salud hasta diciembre de 2015.

Durante ese tiempo, a casi 3,75 millones de personas se les recetó un medicamento para la presión arterial alta. Las cuatro clases principales de medicamentos utilizados para tratar la hipertensión arterial: agentes de angiotensina; antagonistas del calcio, betabloqueantes y diuréticos.

Los diuréticos (comúnmente conocidos como diuréticos) fueron los más recetados. A más de 1,1 millones de personas se les recetó un diurético. Los agentes de la angiotensina (incluidos los inhibidores de la ECA y los ARA) fueron los segundos fármacos para la hipertensión más recetados, con algo más de un millón de recetas. Los antagonistas del calcio se recetaron más de 830.000 veces, seguidos de los betabloqueantes, con casi 780.000 prescripciones.

Los investigadores analizaron 41 fármacos dentro de esas cuatro clases de medicamentos. Ninguno se relacionó con un mayor riesgo de depresión.

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