El objetivo del control de la ira es reducir tanto sus sentimientos emocionales como la excitación fisiológica que provoca la ira. No puede deshacerse de las cosas o las personas que le enfurecen, ni evitarlas, ni tampoco puede cambiarlas, pero puede aprender a controlar sus reacciones.
¿Está usted demasiado enfadado?
Existen pruebas psicológicas que miden la intensidad de los sentimientos de enfado, lo propenso que es usted a enfadarse y lo bien que lo maneja. Pero es muy probable que si tienes un problema de ira, ya lo sepas. Si se encuentra actuando de una manera que parece descontrolada y aterradora, es posible que necesite ayuda para encontrar mejores formas de manejar esta emoción.
¿Por qué algunas personas se enfadan más que otras?
Según el doctor Jerry Deffenbacher, un psicólogo especializado en el control de la ira, algunas personas son realmente más «exaltadas» que otras; se enfadan con más facilidad y más intensamente que la persona media. También hay quienes no muestran su ira de forma espectacular, pero están crónicamente irritables y malhumorados. Las personas que se enfadan con facilidad no siempre maldicen y lanzan cosas; a veces se retraen socialmente, se enfadan o enferman físicamente.
Las personas que se enfadan con facilidad generalmente tienen lo que algunos psicólogos llaman una baja tolerancia a la frustración, lo que significa simplemente que sienten que no deberían estar sometidas a la frustración, a las molestias o al fastidio. No pueden tomarse las cosas con calma, y se enfurecen especialmente si la situación parece de algún modo injusta: por ejemplo, que se les corrija por un pequeño error.
¿Qué hace que estas personas sean así? Varias cosas. Una causa puede ser genética o fisiológica: hay pruebas de que algunos niños nacen irritables, susceptibles y se enfadan con facilidad, y que estos signos están presentes desde una edad muy temprana. Otra puede ser sociocultural. La ira suele considerarse negativa; se nos enseña que está bien expresar ansiedad, depresión u otras emociones, pero no expresar ira. Como resultado, no aprendemos a manejarla o a canalizarla de forma constructiva. Por lo general, las personas que se enfadan con facilidad proceden de familias conflictivas, caóticas y poco hábiles en la comunicación emocional.
¿Es bueno «dejarlo todo?»
Los psicólogos dicen ahora que esto es un mito peligroso. Algunas personas utilizan esta teoría como una licencia para hacer daño a los demás. Las investigaciones han descubierto que «dejarse llevar» por la ira en realidad aumenta el enfado y la agresividad y no ayuda en absoluto a resolver la situación (ni a la persona con la que está enfadado).
Lo mejor es averiguar qué es lo que desencadena su ira, y luego desarrollar estrategias para evitar que esos desencadenantes le lleven al límite.