Los bebés nacen con un sistema digestivo inmaduro que hace que los despertares nocturnos con dolor de gases sean algo habitual. Aunque la alimentación con biberón se asocia más comúnmente con los problemas digestivos y la irritabilidad de un bebé, la lactancia materna también puede contribuir a las molestias en determinadas circunstancias. Dado que los pediatras están de acuerdo en que la lactancia materna es el alimento ideal para los bebés, consulte con su pediatra o asesor de lactancia para resolver juntos el problema en lugar de interrumpir la lactancia.
Dieta materna
Los bebés alimentados con leche materna que sufren molestias pueden encontrar alivio con un simple cambio de dieta materna. Cualquier alimento gaseoso o fermentado, como:
- tofu
- tempeh
- frijoles
- legumbres
- miso
- puede contribuir a los gases del bebé a través de la leche materna
Además, las verduras crucíferas, como el brócoli, las coles de Bruselas y el repollo, pueden producir un exceso de gases en un bebé amamantado. Si sospecha que su hijo es alérgico a los productos lácteos o al trigo, estos alimentos también pueden contribuir al malestar estomacal. Retira de tu dieta el alimento sospechoso durante al menos dos semanas para determinar si es la causa. Reintroduce el alimento poco a poco y observa los resultados. Si el dolor de gases de su bebé vuelve a aparecer, no coma ese alimento hasta que haya cesado la lactancia materna.
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El bebé amamantado disfruta del alimento más completo desde el punto de vista nutricional que existe para los bebés. La leche materna es fácilmente descompuesta por el tracto digestivo, lo que la hace superior a cualquier marca de fórmula disponible. Aun así, los bebés todavía poseen un sistema digestivo inmaduro que debe aprender a funcionar correctamente, lo que puede provocar despertares nocturnos y dolor temporal. Aunque esto puede resultar angustioso para los nuevos padres, es completamente normal. Esta etapa pasajera exige proporcionar a su bebé su presencia reconfortante y su comprensión para asegurarle que sus necesidades serán atendidas por las personas de las que depende para su apoyo.
Despertares nocturnos
El Dr. William Sears, autor de «Night-time Parenting», aboga por el colecho o por compartir habitación para responder con prontitud a los llantos de un bebé con gases. Los bebés que tienen que llorar con fuerza para despertar a sus padres sufren las consecuencias de tragar más aire, lo que agrava el dolor de barriga y los gases. Los padres que sean capaces de responder a las señales de sus bebés con prontitud se asegurarán de que sus bebés estén menos frenéticos cuando se les atienda y esto conducirá a menos llanto y menos dolor por los gases.
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Dar tiempo a su bebé para que eructe después de amamantarlo disminuirá la cantidad de aire en el tracto digestivo. Alimentar a tu bebé a demanda reducirá el llanto y la deglución frenética; cuando cambies de un pecho a otro, tómate el tiempo necesario para hacer eructar a tu bebé entre medias y al final de las tomas.
Masaje infantil
El masaje infantil practicado a la hora de dormir permitirá que el diminuto sistema digestivo de tu bebé se beneficie del apoyo que ofrece esta suave práctica. Consulta con un masajista formado en masaje infantil o busca un buen libro con ilustraciones que te ayude a entender el proceso necesario para aliviar los gases. Esta técnica también puede utilizarse durante los despertares nocturnos para ayudar a eliminar las bolsas de gas persistentes.