Cualquier fluido corporal liberado en el agua es probablemente detectable por los tiburones.
El sentido del olfato de los tiburones es poderoso, les permite encontrar a sus presas a cientos de metros de distancia. La sangre menstrual en el agua podría ser detectada por un tiburón, al igual que cualquier orina u otros fluidos corporales. De hecho, no hay pruebas positivas de que la menstruación sea un factor en los ataques de los tiburones. Además, las pruebas sugieren que, al nadar, la presión del agua detiene temporalmente el flujo de la sangre menstrual, lo que disminuye las posibilidades de que se libere sangre en el agua.
Actualmente existe una proporción de género de 8 hombres por cada 2 mujeres mordidas. Esto significa que más del 80% de las mordeduras de tiburón registradas en la historia han sido de hombres. Esto refleja un patrón histórico de mayor participación de los hombres en las actividades acuáticas marinas, especialmente aquellas que ponen a los humanos en mayor riesgo (por ejemplo, el surf, el buceo, la natación de larga distancia, la pesca con arpón, etc.). Los tiburones no «prefieren» morder a los hombres antes que a las mujeres, sino que los hombres han tenido históricamente más posibilidades de estar cerca de los tiburones. Según datos recientes, cada vez muerden más mujeres, lo que se atribuye a que cada vez hay más mujeres que consiguen la igualdad y practican deportes acuáticos.
Si alguien intenta reducir al máximo los riesgos, mantenerse fuera del agua durante la menstruación es una medida que puede tomarse. Sin embargo, muchas personas bucean con seguridad durante la menstruación, y no hemos observado ningún patrón evidente de aumento de los ataques.