Manejo y tratamiento
¿Cómo se trata la osteoartritis?
No hay cura para la osteoartritis. Los síntomas de leves a moderados suelen manejarse bien con una combinación de tratamientos farmacológicos y no farmacológicos. Los tratamientos médicos y las recomendaciones incluyen:
- Medicamentos (analgésicos tópicos y orales, incluidos los antiinflamatorios no esteroideos, AINE).
- Ejercicio (terrestre y acuático).
- Pérdida de peso (si hay sobrepeso).
- Alimentación saludable, control de la diabetes y el colesterol.
- Dispositivos de apoyo como aparatos ortopédicos, plantillas, bastón o andador.
- Terapias de inyecciones intraarticulares (esteroides, «gel» de ácido hialurónico).
Compresas calientes y frías intermitentes (modalidades locales). Terapia física, ocupacional y de ejercicio.
Estrategias de medicina complementaria y alternativa, incluyendo vitaminas y suplementos.
La cirugía puede ser útil para aliviar el dolor y restablecer la función cuando otros tratamientos médicos son ineficaces o se han agotado, especialmente en el caso de la OA avanzada.
Los objetivos del tratamiento son:
- Disminuir el dolor y la rigidez articulares y retrasar su progresión.
- Aumentar la calidad de vida de los pacientes.
Mejorar la movilidad y la función.
El tipo de régimen de tratamiento prescrito depende de muchos factores, como la edad del paciente, su estado de salud general, sus actividades, su ocupación y la gravedad de la enfermedad.
Medicamentos
A diferencia de otras formas de artritis en las que se han hecho grandes avances en los últimos años, en la artrosis el progreso ha sido mucho más lento. Todavía no hay medicamentos disponibles que hayan demostrado revertir o ralentizar la progresión de la osteoartritis. Actualmente, los medicamentos se centran en disminuir los síntomas de la enfermedad. Los medicamentos para aliviar el dolor incluyen el paracetamol y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Los analgésicos narcóticos no se recomiendan debido a la naturaleza crónica de la enfermedad y a la posibilidad de tolerancia y adicción. Los medicamentos tópicos en forma de parches analgésicos, cremas, fricciones o aerosoles pueden aplicarse sobre la piel de las zonas afectadas para aliviar el dolor.
Aunque muchos de estos medicamentos están disponibles en preparados de venta libre, las personas con osteoartritis deben hablar con un médico antes de tomar los medicamentos. Algunos medicamentos pueden tener efectos secundarios peligrosos o no deseados y/o pueden interferir con otros medicamentos que se estén tomando. Algunos medicamentos de venta libre siguen requiriendo pruebas de laboratorio rutinarias.
El antidepresivo clorhidrato de duloxetina (Cymbalta®) fue aprobado por la FDA en 2010 para tratar el dolor de la artrosis, como el dolor lumbar. Eso ha sido una gran ayuda para las personas que no pueden tolerar los AINE u otros tratamientos.
Dispositivos de apoyo
Los dispositivos de apoyo o asistencia ayudan a disminuir la tensión en las articulaciones afectadas. Los aparatos ortopédicos ayudan a sostener y estabilizar las articulaciones dolorosas y dañadas. Los dispositivos médicos deben utilizarse según las instrucciones y bajo la dirección de un profesional de la salud, como un fisioterapeuta/ terapeuta ocupacional o su proveedor de atención médica autorizado. Los elevadores/plantillas para zapatos, un bastón o un andador pueden ser útiles para aliviar la presión de ciertas articulaciones y mejorar la mecánica del cuerpo y de la marcha.
Ejercicio
El ejercicio es importante para mejorar la flexibilidad, la estabilidad de las articulaciones y la fuerza muscular. Se recomiendan regímenes como la natación, el aeróbic acuático y el entrenamiento de fuerza de bajo impacto. Se ha demostrado que éstos disminuyen la cantidad de dolor y discapacidad que experimentan los enfermos de osteoartritis. Es mejor evitar los programas de ejercicio excesivamente vigorosos, ya que pueden aumentar los síntomas de la artritis y acelerar potencialmente la progresión de la enfermedad. Los fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales pueden proporcionar regímenes de ejercicio adecuados y adaptados a las personas con artrosis.
Terapias de frío y calor
Los tratamientos intermitentes de frío y calor pueden proporcionar un alivio temporal del dolor y la rigidez. Dichos tratamientos incluyen una ducha o un baño caliente y la aplicación cuidadosa de almohadillas o compresas de calor o frío.
Control del peso
Dado que la obesidad es un factor de riesgo conocido para la osteoartritis, trabajar para controlar mejor el peso puede ayudar a prevenir y mejorar la osteoartritis. Se ha demostrado que la pérdida de peso en personas con sobrepeso que padecen osteoartritis reduce la tensión y la cantidad de dolor en las articulaciones que soportan peso, así como modera los procesos inflamatorios que contribuyen a la osteoartritis.
Cirugía
Cuando el dolor de la osteoartritis no puede controlarse con el tratamiento médico e interfiere con las actividades normales, la cirugía puede ser una opción. La cirugía suele reservarse para aquellas personas que tienen una artrosis importante. Se pueden emplear varios tipos de técnicas, incluidas las técnicas de sustitución articular mínimamente invasivas. Aunque tiene riesgos, la cirugía articular hoy en día puede ser muy eficaz para restablecer algunas funciones y reducir el dolor en las personas adecuadas.
Medicina alternativa
Los suplementos y la medicina alternativa nutracéuticos, término derivado de «nutrición» y «farmacéutico», son compuestos que se pueden adquirir en farmacias y tiendas de alimentos saludables sin receta y que no están autorizados por la FDA como medicamentos. Incluyen suplementos nutricionales, vitaminas, minerales y otros compuestos que a veces se denominan terapias «naturales», «homeopáticas» o «alternativas». Como este mercado está menos regulado que el de los alimentos y los fármacos, existen muchos preparados, la cantidad real de ingredientes activos puede variar y no se puede garantizar la exactitud de la etiqueta y del producto.
La glucosamina y la condroitina son componentes del cartílago normal. Como suplemento, están más disponibles como compuestos de sulfato. Los resultados de las investigaciones clínicas sobre la glucosamina y la condroitina parecen variar; sin embargo, algunos ensayos indican posibles propiedades para aliviar el dolor, especialmente en la osteoartritis de la rodilla. No está claro cómo actúan exactamente y no hay pruebas científicas sólidas que respalden la afirmación de que construyen hueso y cartílago. En general, la glucosamina y la condroitina parecen ser seguras y bien toleradas, pero deben consultarse primero con el médico.
Los aceites de pescado tienen cierta actividad antiinflamatoria, pero estos aceites se han estudiado más ampliamente para la artritis reumatoide. Los suplementos pueden interactuar con los medicamentos recetados y pueden tener efectos secundarios, por lo que siempre deben consultarse primero con su proveedor de atención médica.
Otras modalidades de medicina alternativa incluyen la acupuntura, la acupresión y la meditación.