Biografía
Niccolò Paganini (1782-1840) es conocido como el mayor virtuoso de todos los tiempos, pero ¿qué hay del compositor? Hay quienes todavía descartan su música como nada más que una serie de vehículos ligeros para sus propias payasadas diabólicas.
Vida y música
Niccolò Paganini nació en el seno de una familia genovesa relativamente humilde.
Su padre le enseñó a tocar la mandolina y el violín, y luego gastó el poco dinero que tenía en clases particulares de violín para él, asegurándole un régimen estricto de 12 horas diarias de práctica.
En 1801 Paganini viajó a Lucca, en la Toscana. A lo largo de este período realizó una gira por Italia, dejando al público temblando tras su prodigioso talento.
No fue hasta marzo de 1828 cuando el compositor de 45 años hizo su primera aparición profesional fuera de Italia. El público vienés de aquella memorable noche quedó tan asombrado que enseguida se le concedió la medalla de San Salvador y el título de «virtuoso de la corte».
En 1831 Paganini se trasladó a París, donde el público estaba tan entusiasmado con sus habilidades sobrehumanas y su aspecto sobrenatural y pálido que se desató el pandemónium en la sala de conciertos.
Alentado por los constantes rumores infundados de que había asesinado a una amante, Paganini disfrutó de una ola de adulación al estilo de las estrellas del pop durante un período de cuatro años, en el que realizó una gira por Europa.
A mediados de la década de 1830, la capacidad técnica de Paganini había comenzado a fallar. Esto se debió en gran medida al deterioro de su salud, que incluía un trastorno respiratorio y un cáncer de laringe, que le impidió hablar durante sus últimos tres años.
Paganini comenzó a planear un nuevo método de violín que, según él, superaría todo lo que había logrado hasta entonces, pero no fue así. Tras rechazar constantemente los cuidados de un sacerdote local, Paganini murió el 27 de mayo de 1840.
¿Sabías que?
Paganini hizo y gastó una fortuna, sobre todo en juegos de azar, por lo que en un momento dado se vio obligado a empeñar su violín.
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