c. 1200, «los sufrimientos de Cristo en la Cruz; la muerte de Cristo», del francés antiguo pasión «la pasión de Cristo, el sufrimiento físico» (10c.), del latín tardío passionem (nominativo passio) «sufrir, aguantar», de raíz de participio pasado del latín pati «soportar, sufrir, experimentar», palabra de origen incierto. La noción es «lo que debe ser soportado».
El sentido se extendió a los sufrimientos de los mártires, y al sufrimiento y al dolor en general, a principios del siglo XIII. Sustituyó al inglés antiguo þolung (utilizado en las glosas para traducir el latín passio), literalmente «sufrimiento», de þolian (v.) «soportar». En el inglés medio también a veces «el estado de ser afectado o actuado por algo externo» (finales del siglo XIV, compárese con pasivo).
En el inglés medio también «una dolencia, enfermedad, aflicción»; también «una emoción, deseo, inclinación, sentimiento; deseo de pecar considerado como una aflicción» (mediados del siglo XIII). El significado específico de «emoción o deseo intenso o vehemente» está atestiguado desde finales del siglo XIV, a partir del uso del latín tardío passio para traducir el griego pathos «sufrimiento», también «sentimiento, emoción». El sentido específico de «amor sexual» está atestiguado en la década de 1580, pero la palabra se ha utilizado para cualquier emoción duradera y controladora (celo; pena, dolor; rabia, ira; esperanza, alegría). El significado de «fuerte afición, entusiasmo, predilección» es de la década de 1630; el de «objeto de gran admiración o deseo» es de 1732.
En comparación con el afecto, la marca distintiva de la pasión es que domina la mente, de modo que la persona se convierte aparentemente en su sujeto o en su instrumento pasivo, mientras que un afecto, aunque mueva, afecte o influya en uno, todavía le deja su autocontrol. Los significados secundarios de las dos palabras mantienen esta diferencia.
Una obra de teatro de la pasión (1843, en un contexto alemán) representa las escenas de la Pasión de Cristo. La flor de la pasión fue llamada así a partir de la década de 1630.
El nombre de flor de la pasión – flos passionis – surgió de la supuesta semejanza de la corona con la corona de espinas, y de las otras partes de la flor con los clavos, o heridas, mientras que los cinco sépalos y los cinco pétalos fueron tomados para simbolizar a los diez apóstoles – Pedro … y Judas … quedando fuera de la cuenta.