En el siglo XIX en Estados Unidos, los cementerios de las iglesias se habían llenado de gente y se habían convertido en lugares de robo de tumbas, prostitución y otras actividades indecorosas. La marea se había alejado del énfasis que la iglesia había puesto en la muerte y la condenación, especialmente después del alto número de muertes de mujeres y niños en la era victoriana. La gente quería recordar a sus muertos de forma cariñosa, en lugar de oscura y deprimente.

Inspirado por el atractivo verdor del cementerio de Père Lachaise en París y los siete magníficos cementerios de Londres, el cementerio de Green-Wood abrió sus puertas en 1838. Aprovechó las 478 hectáreas de colinas onduladas y robles sombreados, y ofreció a los habitantes de Brooklyn un verdadero parque cementerio en el que visitar a sus muertos. No sólo era un lugar tranquilo para la contemplación y el recuerdo, sino también un lugar agradable en medio de la suciedad del Nueva York del siglo XIX. La gente planificaba excursiones de un día a Green-Wood, que incluían picnics.

El cementerio se convirtió instantáneamente en un lugar codiciado para pasar la otra vida. Cientos de personajes famosos e infames de Nueva York están enterrados en Green-Wood. Entre los enterrados más notables se encuentran William y Henry Steinway, de la fama del piano, F. A. O. Schwarz, de la fama del juguete caro, Samuel Morse, de la fama del código, Leonard Bernstein, de la fama de la orquesta, Boss Tweed, de la fama de la corrupción, y Louis Comfort Tiffany, de la fama de las vidrieras, entre muchos otros. Los terrenos también cuentan con algunos monumentos impresionantes, como pirámides, mausoleos y una entrada gótica intrincadamente tallada.

Green-Wood sigue siendo un destino popular en Brooklyn. Es un parque, un cementerio y un recurso histórico a partes iguales. El cementerio organiza una amplia serie de eventos (muchos de ellos con Atlas Obscura) y pone sus recursos a disposición del público, incluidos los libros de contabilidad de las funerarias. Green-Wood sigue siendo un cementerio activo para entierros e incineraciones (¡más de 3.000 personas son incineradas allí cada año!). Seguirá siendo una parte importante y hermosa de la historia de Brooklyn en los próximos años.

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