La cardiopatía valvular, también conocida como enfermedad de las válvulas del corazón, se produce cuando una o más de las válvulas del corazón no funcionan correctamente. El corazón tiene 4 valvas que se abren y cierran para que la sangre pueda circular por las cavidades cardíacas. La valvulopatía se produce cuando las válvulas del corazón se vuelven permeables y/o rígidas. La valvulopatía leve se produce cuando sólo funciona mal una válvula del corazón. Aunque la valvulopatía puede estar causada por medicamentos, defectos de nacimiento, fiebre reumática (una afección que se produce cuando una infección daña las válvulas del corazón) o la edad avanzada (depósitos de calcio y minerales que hacen que las válvulas del corazón se engrosen y/o endurezcan), en algunos casos se desconoce la causa. Los medicamentos dietéticos con fentermina o «phen-fen» también se han relacionado con problemas en las válvulas del corazón.

Los síntomas de la valvulopatía leve incluyen: un soplo cardíaco, falta de aliento, fiebre, aumento repentino de peso, fatiga, edema (hinchazón) en las piernas, tobillos y pies, debilidad muscular, aceleración del ritmo cardíaco y dolor/presión en el pecho. El tratamiento de la valvulopatía leve puede incluir: cambios en el estilo de vida (es decir, ejercicio, una dieta saludable y evitar o reducir el consumo de nicotina) y medicamentos recetados (es decir, medicamentos para la presión arterial alta o anticoagulantes). Es importante tener en cuenta que si padece una valvulopatía cardíaca grave, deberá evitar las actividades extenuantes. Aunque el ejercicio no reparará ni corregirá una válvula cardíaca dañada o defectuosa, puede mejorar su calidad de vida y ayudarle a realizar ciertas tareas, como subir escaleras, participar en actividades físicas y hacer compras con menos esfuerzo físico para su cuerpo. Antes de empezar una rutina de ejercicios, póngase en contacto con su médico para que le dé «luz verde». Además, su médico puede recomendarle ejercicios seguros para su enfermedad.

Ejercicios seguros

¿Qué ejercicios son seguros para la valvulopatía leve? Si padece una valvulopatía leve, los ejercicios más seguros son los de bajo impacto, en los que el ritmo cardíaco y la respiración no se aceleran. Por ejemplo: yoga, paseos por el barrio y/o el edificio de la oficina, ejercicios acuáticos, tai chi y estiramientos. Si es posible, elija ejercicios que trabajen los músculos grandes y que puedan realizarse con regularidad. El objetivo de su programa de ejercicios debe ser fortalecer su capacidad para realizar las tareas diarias, aumentar su resistencia y fuerza muscular, reducir el riesgo de lesiones y aumentar su movilidad. Si acaba de empezar un programa de ejercicios, y/o si su nivel de resistencia es bajo, es mejor hacer ejercicios en incrementos cortos (es decir, aproximadamente 10-15 minutos cada vez), y aumentar lentamente el tiempo, a medida que se sienta cómodo, hasta 20-45 minutos, tres veces a la semana.

Ejercicios no seguros

¿Qué ejercicios deben evitarse con una valvulopatía leve? Si tiene una valvulopatía leve, debe evitar los ejercicios aeróbicos de alto impacto (es decir, correr, Zumba, ciclismo, etc.). También deben evitarse algunos deportes. Estos deportes incluyen: kickboxing, fútbol, fútbol americano, baloncesto, animación, tenis, etc.). Además, no se recomienda el levantamiento de pesas. Si quieres tonificar tu cuerpo, entrena con pesas ligeras. En resumen, debe evitarse cualquier ejercicio que provoque una respiración rápida, acelere el ritmo cardíaco y/o «canse».

American College of Sports Medicine. (2010). Hacer ejercicio con cardiopatía valvular: Prescripción para la salud. Recuperado de http://www.medscape.com/viewarticle/719877

John Hopkins Medicine. (2014). La enfermedad cardíaca valvular. Recuperado de http://www.hopkinsmedicine.org/heart_vascular_institute/conditions_treatments/conditions/valvular_heart_disease.html

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