Cuando pensamos en el racismo, en la mayoría de los casos nos imaginamos a Estados Unidos y, lo que es más sorprendente, al país desarrollado y poderoso que es hoy. Mucha gente asocia el racismo con el desagrado o el maltrato a los negros por su color de piel, aunque esta definición sería errónea. De hecho, el racismo puede adoptar muchas formas y afectar a personas de todo el mundo: hace más difícil conseguir el trabajo y simplemente formar parte de la sociedad debido a tu color o nación. En este artículo, hablaremos brevemente de todas estas formas de racismo que tienen lugar hoy en día y de sus consecuencias.
Tipos básicos de racismo
El racismo se basa en suposiciones, estereotipos, supersticiones y generalizaciones asociadas a las personas que tienen un color de piel diferente. Estas personas suelen tener un estatus de inferiores y se les recorta el poder, los recursos y muchas oportunidades que el mundo moderno puede dar. Incluso ahora, cuando todos tratamos de evitar el racismo en nuestra vida cotidiana, algunos políticos y periodistas promueven estas ideas para justificar sus acciones y puntos de vista sobre diferentes cuestiones. Se trata principalmente de problemas laborales y domésticos, y de la delincuencia.
Podemos diferenciar estos tipos de racismo como:
- Acoso. Se trata de un abuso (verbal o físico) motivado por las diferencias de raza que puede llevar a ataques contra las personas y la propiedad. Este comportamiento amenazante puede ocurrir en cualquier lugar: la escuela, el colegio, el trabajo, los transportes y lugares públicos, en la calle e incluso en casa. Convierte a las personas en víctimas;
- Ataques. Seguramente te has enfrentado a estos títulos en las noticias cuando las personas negras son atacadas e incluso asesinadas sólo por ser negras, etc. La policía puede ser impotente cuando se trata de investigar.
Otro tipo es el llamado racismo institucional cuando las personas lo sufren sólo porque el racismo está integrado en la estructura de la sociedad: sistema legal, policía, negocios, etc. Se explica como la no prestación de un servicio adecuado y profesional a algunas personas por su color de piel u origen. Se puede notar en el comportamiento, la actitud, y se explica por los prejuicios, la irreflexión y la ignorancia. El racismo no significa que no se quiera a alguien: es un sistema jerárquico de aprovechamiento de la raza.
Muchas personas (principalmente blancas) subestiman la profundidad del problema y, por tanto, no comprenden las consecuencias que puede tener para un sistema más amplio. Hay siete factores de racismo:
- Categorías que organizan a las personas en grupos particulares;
- Segregación. Forma preferencias, percepciones y creencias racistas;
- Fracciones. Desencadenan la lealtad y la competencia en grupo manteniendo separadas a las comunidades blancas y negras (esto se basa en razones históricas);
- Herarquía. Hace que la gente se comporte, sienta y piense como un racista;
- Poder. Hace que el racismo sea legal en los niveles micro y macro;
- Pasivismo. No notar o negar la existencia del racismo anima a otras personas a hacer lo mismo;
- Medios de comunicación. Tiende a idealizar a la gente blanca minimizando así a la gente de color.
El racismo pasivo es probablemente uno de los más comunes y peligrosos porque a la gente simplemente no le importa. Los debates sobre este tema son especialmente relevantes hoy en día. Ahora los científicos llevan a cabo una serie de experimentos para demostrar a la gente que los cuerpos de los negros son iguales a los de los blancos y que no hay ninguna diferencia entre ellos. Sin embargo, cada persona debería intentar cambiar su actitud negativa para ayudar al mundo a superar la pandemia del racismo y convertirse en una sociedad mejor unida.
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