Tu corazón se acelera, tu respiración es superficial y tu mente parece no poder concentrarse en otra cosa que no sea lo que te está estresando. Antes de que te sientas completamente absorbido por esa sensación de agobio y pánico, hay formas sencillas de conseguir un alivio rápido.

Cuenta tu respiración

Esta es una de las formas más rápidas de calmarte. Siéntate en un espacio tan tranquilo como puedas encontrar y empieza a contar tus respiraciones. Cada vez que exhales, será «1». Cuando llegues a «5», vuelve a empezar desde «1». Al demostrar esta sencilla pero eficaz técnica de respiración, el Dr. Andrew Weil sugiere que no intentes influir en tu respiración -puede que sea rápida y superficial cuando empieces- sino que simplemente te centres en contarla. La respiración activa su sistema parasimpático (el responsable de la relajación) y ayuda a que su mente se calme.

Vaya a dar un paseo de 10 minutos al aire libre

Caminar activa las células nerviosas de su cerebro que le ayudan a relajarse, y estar al aire libre le dará un rápido cambio de perspectiva. No te preocupes por la velocidad a la que te mueves; ve a cualquier ritmo que te parezca adecuado (cuando ya estás estresado, no quieres forzarte más). Pero intenta mantener el torso recto y caminar como lo harías si te sintieras seguro de ti mismo: los estudios demuestran que tu postura afecta al impacto positivo de tu caminata.

Programa tu estrés

Esto puede sonar contraintuitivo, pero inténtalo: Dedica un tiempo determinado a pensar en lo que te estresa. En realidad, prográmelo en su calendario y diga: «Durante los próximos 20 minutos voy a pensar en por qué me siento tan sobrecargado». Considera la posibilidad de escribirlo (los estudios han demostrado que realmente ayuda a reducir la ansiedad). Al final de tu «tiempo de estrés», habrás terminado. Aunque su cerebro no olvidará el estrés, permitirle un periodo de tiempo determinado para centrarse en él debería facilitarle pasar a otra cosa.

Centrarse en algo que sea bueno

En un estudio, el 67% de las personas que se consideran buenas en el manejo del estrés dijeron que se centran regularmente en lo que es positivo o bueno en sus vidas. Cuando estás en medio de una tormenta de estrés, centrarte en algo bueno (por pequeño que sea) puede parecer una idea ridícula, pero inténtalo.

Practica un poco de autocompasión (es decir, ¡date un respiro!)

Los estudios demuestran que cuando eres más amable contigo mismo, eres más feliz y estás menos deprimido, así que cuando estés abrumado por el estrés, haz algo bueno por ti. La forma en que actuarías con un amigo que te dijera que está estresado es como deberías tratarte a ti mismo. Come algo que te guste, haz un poco más de tiempo libre en tu agenda, toma una clase de yoga que te relaje.

Escribe algo que hayas logrado recientemente

Mucho de nuestro estrés diario se centra en tareas inminentes que son abrumadoras. Los discursos de ánimo «¡Puedes hacerlo!» parecen tontos cuando te sientes sobrecargado, así que en su lugar, escribe algunas cosas que hayas hecho o logrado recientemente. Es una buena manera de sentirse más productivo, y le ayudará a hacer que lo que está por venir le parezca más manejable.

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