Las pólizas de seguro de cuidados de larga duración utilizan «desencadenantes de prestaciones» para determinar si tiene derecho a empezar a recibirlas. Las actividades de la vida diaria, o AVD, son el desencadenante más común utilizado por las compañías de seguros.

La publicación de la Asociación Nacional de Comisionados de Seguros, A Shopper’s Guide to Long-Term Care Insurance, enumera y define seis AVD:

– Bañarse: La capacidad de bañarse con esponja o de entrar y salir de la bañera o ducha.

– Comer: La capacidad de alimentarse introduciendo comida en el cuerpo o mediante una sonda de alimentación.

– Continencia: La capacidad de mantener el control de las funciones de la vejiga y el intestino.

– Ir al baño: La capacidad de ir y volver del baño y realizar la higiene personal asociada.

– Vestirse: La capacidad de ponerse y quitarse todas las prendas de vestir y cualquier aparato ortopédico o miembro artificial.

– Transferencia: La capacidad de entrar y salir de la cama, la silla o la silla de ruedas. Una persona tiene derecho a las prestaciones cuando es incapaz de realizar dos o tres AVD, dependiendo de la póliza de seguro de cuidados a largo plazo.

Asegúrese de que el baño y el vestido están incluidos en la lista de activadores de las prestaciones de AVD, porque suelen ser los dos que una persona no puede hacer. Cuantas más AVD tenga que ser incapaz de realizar según su póliza, más difícil será que tenga derecho a las prestaciones.

Sin embargo, las pólizas que requieren más AVD pueden costar menos que las que requieren menos AVD. Aun así, usted querrá tener cobertura cuando la necesite. Busque pólizas de seguro de atención a largo plazo que sólo requieran el cumplimiento de dos AVD para tener derecho a las prestaciones.

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