El litio es muy valorado para el tratamiento de la manía y la depresión. Puede haber resistencia a una de sus dos indicaciones principales: en primer lugar, para el tratamiento de los episodios agudos de manía y, en segundo lugar, para la prevención de las recaídas del trastorno afectivo bipolar (manía-depresión) o del trastorno afectivo unipolar (depresión recurrente).

Para el tratamiento de los episodios maníacos, las posibilidades alternativas incluyen los neurolépticos, la carbamazepina, la terapia electroconvulsiva (TEC) y el valproato sódico. Los neurolépticos son eficaces, pero pueden precipitar la depresión. La carbamazepina es eficaz sola o como complemento del litio. La terapia electroconvulsiva es un tratamiento impresionantemente potente para la manía. El valproato parece ser eficaz, pero son deseables más estudios.

Las alternativas al litio en la prevención de las recaídas de los trastornos afectivos recurrentes incluyen los antidepresivos, la carbamazepina y la TEC. Para la prevención de las recaídas del trastorno afectivo bipolar los antidepresivos tienen el inconveniente de aumentar la frecuencia de los episodios maníacos. En el trastorno unipolar son una alternativa válida al litio, pero con algunas desventajas. La carbamazepina es eficaz en la profilaxis del trastorno afectivo bipolar y debe considerarse especialmente en pacientes con ciclos rápidos o con rasgos psicóticos.

Sólo se dispone de estudios abiertos sobre la TEC y el valproato como agentes profilácticos. Se han realizado trabajos preliminares con verapamilo, flupentixol, clonazepam, azul de metileno, clorgilina, clonidina, triptófano y 5-hidroxitriptamina.

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