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Escrito por Emily DeSanctis, miembro de Writer’s Corps

A menudo se nos dice que «confíes en tu instinto», pero ¿qué significa realmente y, lo que es más importante, cómo se hace?

El instinto visceral, o la intuición, es la comprensión inmediata de algo; no hay necesidad de pensarlo o de pedir otra opinión, simplemente lo sabes. Tu intuición surge como una sensación dentro de tu cuerpo que sólo tú experimentas. Como la sensación es tan personal, nadie más puede decir si estás en contacto con tu instinto o no. Sólo tú tienes que decidirlo. Por eso, confiar en tu intuición es el acto definitivo de confiar en ti mismo.

Escuchar a tu intuición te ayuda a evitar relaciones y situaciones poco saludables. A lo largo de tu vida, muchas personas tendrán ideas sobre lo que es mejor para ti, algunas con buenas intenciones y otras con intenciones engañosas, dañinas y egoístas. A veces es difícil saber en qué categoría se encuentra alguien, pero si dejas de lado todas esas opiniones externas y, en su lugar, escuchas el consejo de tu propia intuición, ésta te guiará hacia lo que es realmente mejor para ti.

Sin embargo, el proceso de confiar en tu instinto no es tan sencillo como implica la frase, especialmente cuando ciertos hábitos y circunstancias nos empujan con fuerza y a menudo inconscientemente en la dirección contraria. Por suerte, nuestra intuición es tan profundamente instintiva que, aunque hayamos estado fuera de contacto con ella durante toda nuestra vida, sigue estando ahí dentro de nosotros, esperando a que convoquemos su sabiduría.

Aquí te explicamos cómo puedes labrar un camino más claro hacia tu propia intuición y empezar a sacarla regularmente en tu vida.

Lo que se interpone en el camino

Tu intuición es como tu propia estrella del norte personal, pero hay muchos obstáculos que actúan como nubes que atenúan su luz. Una vez que seas consciente de ellos, podrás detectar mejor cuando te dirijas en la dirección equivocada por las razones equivocadas, de modo que puedas dar los pasos adecuados para volver a alinearte con tu intuición. Estos son algunos de los culpables más probables:

  • Pensar demasiado: Dado que la intuición se define como «la capacidad de entender algo instintivamente, sin necesidad de razonamiento consciente», el exceso de pensamiento es uno de los mayores interferentes. Pensar demasiado en cada decisión y recorrer innumerables escenarios y resultados puede alejarte de tu instinto, especialmente cuando piensas demasiado para racionalizar o justificar algo. En estos casos, tu proceso de pensamiento no fluye libre u orgánicamente, sino que sigue una agenda muy específica para construir un caso para algo que ya has decidido. En otros casos, la avalancha de posibilidades y consideraciones que genera el exceso de pensamiento puede abrumar y confundir, dejándote en un círculo vertiginoso sin una dirección clara. Este estado se conoce como parálisis por análisis. Sea cual sea el proceso exacto, pensar en exceso te lleva al mismo lugar: no estar en contacto con tu instinto.

  • «Debería»: Los «debería» a menudo entran en escena cuando estás pensando demasiado y otras veces cuando estás enfocado hacia afuera. Por ejemplo, si te preguntas: «¿Le gustaré si hago esto?». En estos casos, estás pensando en tu comportamiento con una lente coloreada por las reglas, preferencias y expectativas que otra persona ha establecido en lugar de mirar hacia adentro y permitir que tus propios pensamientos y necesidades guíen tu comportamiento, lo que te llevaría a hacer una pregunta muy diferente como: «¿Cómo me sentiré conmigo mismo si hago esto?» Porque los «deberías» desvían el foco de atención de ti, te alejan de tu intuición.
  • Prejuicios & Prejuicios inconscientes: Aunque los prejuicios y los prejuicios inconscientes son, en cierto modo, lo contrario de pensar en exceso, tienen efectos similares en su intuición. A diferencia del pensamiento excesivo y el análisis excesivo, los prejuicios y los sesgos inconscientes operan a partir de juicios rápidos que el cerebro hace automáticamente basándose en experiencias pasadas, estereotipos y antecedentes en lugar de basarse en la razón o la experiencia real. Como resultado, ninguno de estos culpables deja espacio para que puedas aprovechar la naturaleza experiencial de la intuición.
  • Las necesidades/deseos/opiniones/consejos de un ser querido o de una figura de autoridad: A menudo, la persona que tiene el mayor poder para eclipsar o nublar tu instinto visceral es un ser querido o una figura de autoridad cuyo amor o aprobación deseas ganar, por ejemplo, un padre, pareja, profesor o entrenador.
  • Cuando desea algo desesperadamente: Cuando está realmente hambriento de algo, ya sea amor, aceptación, hijos, estatus social o cualquier otra cosa, su fuerte deseo de satisfacer esa necesidad imperiosa puede hacer que pase por alto o ignore cualquier bandera roja en el camino. Estar centrado en satisfacer una necesidad que considera digna a casi cualquier precio deja pocas oportunidades de reconocer o seguir su intuición, especialmente si ese instinto visceral está en desacuerdo con algo o alguien estrechamente alineado con esta necesidad.
  • Trauma/abuso previo en la infancia: Tal vez el más complejo y poderoso de todos los culpables sea haber experimentado abusos y traumas en la infancia. ¿Por qué? Porque el abuso en la infancia puede dejar un impacto duradero en una persona que permanece incluso en la edad adulta. Crecer experimentando abuso físico, emocional/psicológico y/o sexual puede hacer que los niños desconfíen de su experiencia y se culpen a sí mismos. Dado que confiar en su intuición es lo mismo que confiar en sí mismo, aprovechar este instinto visceral puede ser una lucha.

Cómo cultivar tu intuición

Practicar los siguientes pasos te ayudará a perfeccionar tu sensación de intuición en tu cuerpo y a traerla al frente para guiarte en situaciones importantes.

1. Despacio &Despeja tu mente

Cuando vives nublado y con prisas aquí y allá, ya sea física o mentalmente, te pierdes información. Disminuir la velocidad te ayuda a reconocer y procesar mejor la información que recibes, no sólo en tu mente sino también en tu cuerpo. Para ello, debes despejar mental y físicamente el desorden. En la vida real, esto puede significar retrasar un plazo para eliminar la urgencia de una decisión. También podría significar alejarse de una situación para obtener más claridad, por ejemplo, tomar unas vacaciones antes de hacer un cambio de carrera o pasar algún tiempo separado de su pareja para determinar si son adecuados el uno para el otro.

Disminuir el ritmo significa hacer un espacio a propósito para que tu intuición lo ocupe. El ritmo más lento ayuda a cambiar tu perspectiva y a eliminar las distracciones para que puedas ver y sentir lo que realmente importa. Explora la meditación, el yoga, los ejercicios de respiración consciente y otras prácticas que hacen que tu atención pase de los pensamientos dispersos a un espacio más profundo de calma y enfoque centrado dentro de ti.

2. Observa las sensaciones en tu cuerpo La intuición se basa en las sensaciones del interior del cuerpo, por lo que aprender a reconocer lo que ocurre en tu cuerpo, es decir, lo que sientes, es la clave para desarrollar tu intuición. Aunque podemos utilizar los términos «sentimientos» y «sensaciones» indistintamente para describir la intuición, hay que tener en cuenta una pequeña distinción: en concreto, nos interesa más entender cómo se siente el cuerpo en respuesta a una emoción -por ejemplo, la ira se siente tensa, dolorida, caliente y con hormigueo- en lugar de simplemente nombrar una emoción como triste, enfadado o frustrado y quedarse ahí. Una buena manera de practicar es etiquetar la emoción en el momento en que la experimentas -por ejemplo, la ira- y luego sentir qué sensaciones surgen dentro de tu cuerpo que están asociadas con esa emoción -por ejemplo, tu mandíbula está tensa y tus hombros están levantados y tensos-. Hacer esto te ayuda a mantenerte fuera de tu cabeza, donde corres el riesgo de ser arrastrado por los pensamientos, y a sintonizar con tu cuerpo, donde reside tu intuición.

Comienza a practicar como un observador novato, simplemente notando con interés lo que le sucede a tu cuerpo en respuesta a diferentes estímulos y emociones. Las meditaciones guiadas de exploración del cuerpo son especialmente útiles para agudizar esta habilidad. También lo son los ejercicios en los que traes a la mente un recuerdo específico y luego etiquetas y sientes las emociones que provoca en tu cuerpo. En todos estos ejercicios, presta especial atención a tu respiración, músculos y ritmo cardíaco para ver cómo reacciona tu cuerpo y qué te dice esa reacción. La información que contiene es crucial para idear una acción que tenga sentido y sea relevante para ti.

Enfócate en ti

Pregúntate: «¿Qué necesito realmente aquí? Qué es importante para mí?». Este es uno de esos momentos en los que todo debe girar en torno a ti, así que date pleno permiso para hacerlo. Si te das cuenta de que tu atención se desvía hacia otras personas y sus necesidades, date cuenta y devuelve intencionadamente tu atención a la curiosidad por lo que tú necesitas y quieres, porque ahí es donde encontrarás tu intuición; concentrarte en estas necesidades ayuda a allanar más fácilmente el camino hacia ellas. Para despejar el aire en torno a tu intuición, puede ser útil repasar primero la lista de culpables anterior para identificar los factores externos que te influyen, reconociéndolos para poder dejarlos de lado por el momento. Tu intuición es parte de tu yo más elevado y sabio, así que asegúrate de centrarte en ti.

Actuar (o volver al paso 1)

El sentimiento de la intuición es como una corriente oceánica que te navega hacia una vida con propósito. Una vez que la descubres, todavía tienes que subirte a un barco y zarpar para obtener todo su valor. Después de responder a la pregunta «¿Qué necesito ahora mismo?», haz algo para darte lo que necesitas. Puede que sea el paso más pequeño, pero el tamaño no importa aquí. De hecho, los pequeños pasos pueden ser beneficiosos al principio para construir gradualmente la confianza con tu yo intuitivo, al que puedes estar conociendo por primera vez o con el que te estás reencontrando después de que una relación insana te haya separado. Lo importante es que sigas tu intuición.

Recuerda que confiar en tu intuición es un viaje que te llevará de nuevo a través de estos pasos con frecuencia a medida que las circunstancias cambien y la vida siga avanzando. Considera tu intuición como un músculo que hay que fortalecer. Con la práctica intencionada y el uso frecuente, se volverá más poderosa y servirá mejor a su propósito: guiarte a casa hacia ti mismo.

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