Probablemente no sabes tanto como crees. Cuando se les pone a prueba, la mayoría de las personas descubren que no pueden explicar el funcionamiento de cosas cotidianas que creen entender.

¿No me crees? Busque un objeto que utilice a diario (una cremallera, un inodoro, un altavoz estéreo) e intente describir los detalles de su funcionamiento. Es probable que descubras lagunas inesperadas en tus conocimientos. En psicología, llamamos a esta barrera cognitiva la ilusión de profundidad explicativa. Significa que crees que entiendes completamente algo que en realidad no entiendes.

Lo vemos todos los días en las palabras de moda. Aunque a menudo utilizamos estas palabras, su significado suele ser poco claro. Enmascaran lagunas en nuestro conocimiento, sirviendo como marcadores de posición que glosan conceptos que no entendemos del todo.

Por ejemplo, hace varios años, asistí a una reunión corporativa en la que el vicepresidente habló sobre la racionalización de las prácticas empresariales en el próximo año. Durante la charla, los ejecutivos de la sala asintieron con la cabeza. Sin embargo, después, muchos de ellos discutieron lo que significaba realmente la racionalización. Ninguno de los que habían asentido pudo definir con exactitud la mecánica de cómo racionalizar una práctica empresarial.

En el otro extremo del espectro, un ejemplo perturbador de lagunas de conocimiento en la última década fue la profunda incomprensión de los productos financieros complejos que contribuyó al colapso del mercado en 2007. Los bancos de inversión fueron incapaces de protegerse de la exposición a estos productos, porque sólo unas pocas personas (compradores o vendedores) entendían exactamente lo que se vendía. Las personas que sí comprendieron estas estructuras de productos acabaron haciendo enormes apuestas contra el mercado utilizando swaps de incumplimiento crediticio. La disposición de empresas como AIG a vender grandes cantidades de swaps de incumplimiento crediticio reflejaba una laguna en sus conocimientos sobre el riesgo de los productos que aseguraban.

Sin importar la escala, descubrir sus lagunas explicativas es esencial para los aspirantes a innovadores. Una laguna de conocimiento no diagnosticada significa que se puede no entender del todo un problema. Eso puede obstaculizar las soluciones innovadoras.

Para descubrir las cosas que no puedes explicar, toma una lección de los profesores. Cuando instruyes a otra persona, tienes que llenar las lagunas de tu propio conocimiento. Pero no tienes que esperar la oportunidad de enseñar a otra persona:

Explícate los conceptos a ti mismo mientras los aprendes. Acostúmbrese a autoenseñarse. Sus explicaciones revelarán sus propias lagunas de conocimiento e identificarán palabras y conceptos cuyo significado no está claro.

Involucre a otros en el aprendizaje colaborativo. Ayude a identificar las lagunas de conocimiento de las personas que le rodean. Pídeles que te expliquen los conceptos difíciles, aunque creas que todos los entienden. Esto no sólo le ayudará a trabajar con nuevas ideas, sino que ocasionalmente descubrirá lugares donde sus colegas no entienden aspectos críticos de una explicación.

Cuando descubra estas lagunas, trátelas como oportunidades de aprendizaje, no como signos de debilidad. Después de todo, el éxito de la innovación se basa en la suposición de que usted y las personas que le rodean tienen una comprensión de alta calidad del problema. A veces, descubrir el defecto de esa suposición le ayudará a encontrar una solución.

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