A diferencia de las saunas tradicionales, que son básicamente habitaciones calientes, la sauna de infrarrojos lejanos calienta a través de la acción de emisores de infrarrojos lejanos cuyas ondas de calor penetran a través de la piel y calientan directamente los tejidos hasta dos pulgadas dentro del cuerpo. Esto tiene ciertos efectos deseables, ya que eleva la temperatura central con mayor rapidez a temperaturas más bajas en general.
El aumento de la temperatura central está indicado en infecciones crónicas como la enfermedad de Lyme, que no suelen provocar fiebre por sí solas. También está indicado en el tratamiento del cáncer, especialmente en los tumores que residen justo debajo o sobre la piel. También nos parece útil para la desintoxicación, en particular de las sustancias químicas orgánicas que se almacenan en las capas adiposas. También es un maravilloso tratamiento relajante para el dolor muscular crónico, en particular las condiciones espásticas.

Nuestra nueva sauna viene con el panel de control MPS. Este control permite a los médicos variar la salida de infrarrojos de cada zona TheraMitter™ y controlar el rango de micras de infrarrojos. Dependiendo del biofenotipo del paciente, de su estado y de su tolerancia a la temperatura, se pueden utilizar diferentes configuraciones para conseguir los mejores resultados terapéuticos.
Al crear una «fiebre artificial», el calor infrarrojo lejano tiene un efecto positivo en su sistema inmunológico. El cuerpo aumenta de forma natural la función del sistema inmunitario durante la fiebre, desintoxicando y frenando el crecimiento de virus y bacterias. Esto ayuda a evitar los organismos invasores.

El aumento de la circulación sanguínea estimula las glándulas sudoríparas, liberando las toxinas y los residuos acumulados. La sudoración diaria puede ayudar a desintoxicar el cuerpo, ya que se libera de la acumulación de metales pesados potencialmente cancerígenos (plomo, mercurio, zinc, níquel, cadmio), así como del alcohol, la nicotina, el sodio, el ácido sulfúrico y el colesterol. En una sauna de infrarrojos lejanos se eliminan muchas toxinas. La grasa del cuerpo humano comienza a licuarse a 110 grados Fahrenheit. Cuando la grasa sale del cuerpo a través de la transpiración, se lleva los metales pesados al salir.

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