- Introducción al sistema inmunitario humano
- Diferentes tipos de inmunidad
- Estructura y órganos del sistema inmunitario
- El sistema linfático
- Tejido linfático
- Nódulos linfáticos
- Timo
- Bazo
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Introducción al sistema inmunitario humano
El cuerpo humano se describe a menudo como «en guerra». Con esto se quiere decir que el cuerpo está constantemente atacado por cosas que intentan hacerle daño. Entre ellos se encuentran las toxinas, las bacterias, los hongos, los parásitos y los virus. Todos ellos pueden, en las condiciones adecuadas, causar daños y destrucción a partes del cuerpo y, si no se controlan, el cuerpo humano no podría funcionar. El propósito del sistema inmunitario es actuar como el propio ejército del cuerpo, en defensa de este flujo constante de posibles infecciones y toxinas.
El sistema inmunitario humano se divide en dos grandes grupos denominados Sistema Inmunitario Adquirido y Sistema Inmunitario Innato. Los detalles sobre estos dos sistemas y su funcionamiento se tratan más en sus páginas específicas. Esta página se ocupará más de las estructuras del sistema inmunológico, detallando las partes del cuerpo que juegan un papel en la inmunidad. Éstas incluyen:
- Los linfáticos
- Los ganglios linfáticos
- El timo
- El bazo
Diferentes tipos de inmunidad
El sistema inmunitario se divide en dos partes, llamadas Sistema Inmunitario Adquirido y Sistema Inmunitario Innato. Aunque cada uno de ellos desempeña un papel en la defensa del cuerpo, existen importantes diferencias entre ambos.
El sistema inmunitario innato está siempre trabajando para proteger el cuerpo y no requiere ninguna preparación especial para detener la infección.
Sin embargo, el sistema inmunitario adquirido necesita ser «cebado» antes de poder trabajar con toda su eficacia, y sólo es realmente efectivo después de haber visto antes un posible agente infeccioso.
En el siguiente cuadro se ofrece una visión general de estos diferentes sistemas, y para obtener más detalles sobre la terminología utilizada, consulte las páginas específicas enlazadas anteriormente.
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Estructura y órganos del sistema inmunitario
El sistema linfático
El sistema linfático es casi equivalente a los vasos sanguíneos, sólo que en lugar de transportar sangre por el cuerpo, el sistema linfático transporta una sustancia llamada «linfa». La linfa es el exceso de líquido tisular que ha sido drenado de los compartimentos del cuerpo. El líquido linfático suele ser transparente, acuoso y tiene la misma constitución que la sangre, pero sin células. El sistema linfático es una compleja red de vasos linfáticos (que transportan la linfa), a lo largo de la cual hay ocasionales ganglios linfáticos. Una vez que el sistema linfático ha recogido toda la linfa, ésta pasa por los ganglios linfáticos antes de volver a la sangre a través de una gran vena situada justo debajo del cuello. En el sistema linfático hay muchas células llamadas linfocitos (las células T y B) que circulan por ahí y forman parte del sistema inmunitario adquirido.
Tejido linfoide
El tejido linfoide está repartido por todo el cuerpo y alberga los linfocitos. Los linfocitos se agrupan en racimos en las paredes de partes del cuerpo que suelen estar expuestas a sustancias extrañas. Estos lugares incluyen el sistema gastrointestinal, así como las amígdalas, que desempeñan un papel en la protección del cuerpo de cualquier infección transmitida por el aire.
Los ganglios linfáticos
Los ganglios linfáticos son estructuras pequeñas y ovaladas que pueden tener entre 1 y 25 mm de tamaño. Los vasos sanguíneos y los nervios se adhieren a los ganglios linfáticos, así como dos conjuntos de vasos linfáticos: los que entran en el ganglio linfático y los que salen de él.
La linfa entra por un lado y pasa lentamente por todas las células del ganglio linfático antes de salir por el otro vaso linfático. Esto permite que la linfa tenga tiempo de acceder al mayor número posible de células linfáticas. En el ganglio linfático hay un denso paquete de células inmunitarias, como los macrófagos. Estos son los «grandes comedores» y engullirán y destruirán todo lo peligroso que puedan. También desempeñan el papel de mostrar estas sustancias a los linfocitos T y B (lo que se describe con más detalle en el apartado Sistema inmunitario adquirido). También hay zonas del ganglio linfático denominadas «centros germinales» en las que se multiplican todas las células b para combatir las infecciones. En otra parte del ganglio linfático hay sobre todo células T. Cuando lo necesitan, los linfocitos salen del ganglio linfático y entran en la circulación para luchar contra la infección.
Los ganglios linfáticos están ahí como un filtro para la linfa antes de que vuelva a entrar en el sistema venoso. El 99% de las sustancias extrañas que llegan al ganglio linfático son eliminadas. Los ganglios linfáticos se encuentran en regiones como la base del cuello, la axila y la ingle. La hinchazón o inflamación de estos ganglios suele ser la respuesta a una infección en una de las zonas que drena el ganglio linfático. Esto es lo que a menudo se quiere decir cuando alguien dice que tiene «ganglios inflamados».
Timo
El timo es un órgano linfoide situado en la parte inferior del cuello y en la parte delantera del pecho. Con la edad, el timo se reduce y pierde la mayoría de sus células inmunitarias activas. El exterior del timo contiene células madre linfoides (que son células inmaduras, todavía capaces de crecer) que se dividen rápidamente, produciendo células que maduran en células T. Estas células T migran entonces al centro del timo. Los detalles de su crecimiento se comentan en el apartado Sistema inmunitario adquirido. También hay células en el timo que liberan hormonas (sustancias químicas de señalización) que provocan el crecimiento de las células T.
Bazo
El bazo es el mayor de los órganos linfoides. Suele ser de color púrpura y está situado en la parte superior izquierda del abdomen (la barriga). El bazo está situado detrás del estómago, delante del diafragma (el músculo que se utiliza para respirar) y al lado del riñón izquierdo. El tamaño y la forma del bazo pueden variar drásticamente; sin embargo, suele tener unos 12 cm de largo y 7 cm de ancho (aproximadamente el tamaño de un puño cerrado). El bazo contiene grandes cantidades de sangre que es empujada periódicamente a la circulación por la contracción de unos pequeños músculos que lo rodean.
El bazo tiene dos «partes» diferentes, cada una con una función distinta. La «pulpa roja» se llama así por su color y su función es filtrar la sangre. Para ello, dispone de pequeños orificios en sus vasos sanguíneos que sólo permiten el paso de algunos tipos de células sanguíneas. Las células sanguíneas un poco más viejas o defectuosas no son lo suficientemente flexibles como para pasar por estos agujeros, por lo que se atascan. Estas células atascadas son devoradas por los macrófagos.
La «pulpa blanca» son básicamente áreas de tejido linfoide en el centro del bazo. Hay zonas llenas de células T y células B. Éstas constituyen alrededor del 5-20% del bazo. Hay muchas más células B en las personas jóvenes que en las mayores, y su número en el bazo disminuye con la edad.
Más información
Para obtener información sobre el sistema inmunitario adquirido, consulte Sistema inmunitario adquirido. |
Para obtener información sobre el sistema inmunitario innato, véase Sistema inmunitario innato. |
- Martini, FH. Anatomía humana (tercera edición). New Jersey, Prentice-Hall, 2000.
- Moore KL, Dalley AF. Clinically Oriented Anatomy (cuarta edición). Baltimore, Lippincott Williams & Wilkins, 1999.
- Peakman M, Vergani D. Basic and Clinical Immunology. Londres, Churchill Livingstone (Elsevier), 2003.
- Young B, Heath JW. Wheater’s Functional Histology (cuarta edición). Edimburgo, Churchill Livingston, 2002.