«Intentar amar a alguien que no puede beneficiarse de tu amor con un crecimiento espiritual es malgastar tu energía, echar tu semilla en tierra árida.» -M. Scott Peck, M.D., The Road Less Traveled (El camino menos transitado).
En el camino, a veces doloroso, hacia la autocompasión, hay muchas lecciones que aprender en el camino. Algunas de las más valiosas suelen venir en forma de relaciones.
Si luchas con la autoestima, permanecer en una relación romántica en la que no te valoras sólo exacerbará el problema. Aunque no puedes controlar el comportamiento de otra persona, puedes controlar tu reacción y tus elecciones. Esto incluye la elección de permanecer en una relación que ya no te sirve o alejarte. Por difícil y doloroso que sea, a veces alejarse puede ser el mayor regalo de autocompasión que puedes ofrecerte.
Sé tu propio mejor amigo.
Imagina que alguien cercano a ti, ya sea un buen amigo o un familiar, está describiendo los detalles de tu relación como si fuera la suya propia. Mientras escuchas, ¿cuál es tu reacción visceral? ¿Te vuelves de repente ferozmente protector con ellos? ¿Te sientes indignado por el modo en que se les trata? Son pistas importantes. Es difícil ser objetivo cuando hay emociones fuertes de por medio, especialmente cuando se trata de amor. Sé tu mejor amigo. Escucha tu intuición. A menudo tiene razón.
Recuerda que no puedes amar en potencia.
Las anteojeras del amor y la lujuria son poderosos detractores, y la ilusión puede ser seductora. Por ejemplo, si tu pareja no se compromete, puede ser tentador creer que tú serás quien los cambie. Para hacerles ver el error de sus formas. Que una vez que descubran lo especial que es usted, tendrán un momento de «venida a Jesús» y finalmente verán la luz, y los dos vivirán felices para siempre y cabalgarán hacia la puesta de sol.
Desgraciadamente, la vida no es una comedia romántica. La verdad es que si alguien no se quiere a sí mismo, puede que simplemente no sea capaz de corresponderte, por muy maravilloso y sorprendente que seas, y por mucho que quiera hacerlo.
Supongamos que tu pareja nunca cambia. ¿Puedes vivir con eso? ¿Puedes amarla y aceptarla exactamente como es hoy? Esas son las preguntas que debes hacerte. No puedes amar -o casarte- en potencia.
Más preguntas que debes hacerte sobre tu pareja:
- ¿Te aprecia?
- ¿Te respeta?
- ¿Te hace una prioridad?
- ¿Expresa curiosidad por ti y por tu vida?
- ¿Cuando estás triste o sufres, empatiza?
- ¿Te hacen saber que eres importante?
- ¿Sus acciones están en consonancia con sus palabras?
- ¿Lo positivo supera lo negativo?
- Por último, suponiendo que nada cambiara, ¿podrías vivir con el statu quo?
Es esencial ser honesto contigo mismo sobre estas y otras preguntas importantes. Si expresas tus necesidades y aun así nada cambia, quizá quieras considerar los costes de quedarte: el coste para tu bienestar emocional y psicológico, el coste para tu sentido de identidad y el coste para tu futuro. Las relaciones perfectas no existen. Sin embargo, la confianza, el respeto y la sensación de seguridad física y emocional son los fundamentos básicos de una relación sana y no deberían ser negociables.
Cuando se trata de la autoestima, es mejor estar solo que estar con alguien que te hace sentir solo.
Cuando empieces a quererte y valorarte de verdad, ya no serás capaz de tolerar un trato inferior por parte de otro ser humano. Considera esta metáfora: Con el tiempo has desarrollado una alergia a un alimento que antes era tu favorito. Durante un tiempo, ese alimento te dio alegría, pero ahora te das cuenta de que, aunque todavía se te antoja de vez en cuando, todas las consecuencias indeseables superan ahora los momentos transitorios de placer. Con una nueva apreciación de tu cuerpo y de tu salud, empezarás a elegir alimentos que te nutren y sostienen, en lugar de los que te agotan.
Lo mismo ocurre con las relaciones. Una vez que hayas interiorizado tu valor inherente, dejarás de tolerar comportamientos que antes considerabas aceptables. Sabrás cómo se ve y se siente una relación saludable, y comenzarás a atraer a tu vida a personas cuyos valores se alinean más con los tuyos. Cuando hayas aprendido la verdadera autocompasión, no te conformarás con nada menos.