Apoyar un estado de ánimo positivo

La frustración puede sobrevenirnos de forma repentina o cocerse a fuego lento hasta convertirse en ira y rabia. Ya sea de forma rápida o lenta, puede convertirse en una respuesta habitual a ciertos desencadenantes. Ocurre cuando siempre reaccionamos a una situación de la misma manera.

Algunas respuestas habituales son buenas; otras son malas. Por ejemplo, cuando un coche se cruza delante de ti en la autopista, pisas el freno. Una buena respuesta habitual. Sin embargo, si siempre te sientes irrespetado cuando esto sucede, y tu ira estalla como un lanzallamas, esa es una mala respuesta habitual. Puede conducir a la ira en la carretera y a otros resultados indeseables.

Podemos romper con las respuestas habituales y sin recursos controlando nuestras emociones y ejercitando la inteligencia emocional. El proceso comienza cuando somos conscientes de cómo nos sentimos en ese momento.

¿Te sientes bien o mal?

¿Cuál es la emoción que sientes? ¿Puedes etiquetar tu estado de ánimo?

Una herramienta para ayudarte con esto es el libro de Larry Senn The Mood Elevator: Take Charge of Your Feelings, Become a Better You. Senn es presidente y fundador de la consultora Senn Delaney. Su libro proporciona una hoja de ruta para navegar por los altibajos de tus emociones. Se asemeja a un termómetro: el cero es neutro, por debajo del cero están los estados de ánimo negativos, incluida la frustración, y por encima del cero están los estados de ánimo positivos.

  • Si te sientes mal y estás por debajo del cero, ¿qué está causando esta emoción?
  • ¿Qué estás pensando que la ha desencadenado? Recuerda que lo frustrante no es la situación o la persona, sino tu percepción de la misma.
  • ¿Qué acción puedes llevar a cabo que sea más ingeniosa? Esta pregunta te centra en la acción positiva, por lo que es más probable que respondas adecuadamente.

Establece un ancla

¿Es una respuesta habitual a un desencadenante específico? Si la respuesta es afirmativa, quiere desactivar el desencadenante para que no vuelva a activarse.

Al tomar conciencia de los pensamientos desencadenantes de la frustración, puede ponerle fin inmediatamente y cambiar a algo que cambie cómo se siente. Por ejemplo, digamos que siempre te frustras cuando alguien llega tarde a una reunión contigo. Establezca un ancla para cambiar inmediatamente a un estado más positivo en el que pueda responder con calma.

«De las enseñanzas de la Programación Neurolingüística (PNL), surge el concepto de ancla. La forma más sencilla de explicar un ancla es pensar en ella como un vínculo con un estado emocional. El ancla sirve como un recordatorio o un desencadenante que te pone en un determinado estado del ser»

Puede llevar un tiempo establecer un ancla, pero una vez que lo haces, puede servir como un interruptor para apagar las emociones negativas, incluyendo la frustración. Puedes encontrar instrucciones detalladas en este artículo del sitio web de Deepak Chopra: Del caos a la calma en un instante: cómo crear un ancla positiva.

La frustración es un mensaje

La frustración es una respuesta a algo o alguien que no podemos controlar. Identifica áreas de nuestra vida que están causando estrés y que necesitan nuestra atención.

Cuando surja la frustración, véala como una oportunidad para dar un paso atrás y abordar la causa subyacente. Incluso la frustración transitoria que sentimos al esperar en la cola puede estar relacionada con la presión que ejercemos sobre nosotros mismos para estar siempre en acción. Puede estar diciéndonos que tenemos que aligerar y esperar menos de nosotros mismos.

Sea cual sea el mensaje, la frustración está tratando de decirnos algo, y tenemos que escuchar.

«La frustración es el primer paso hacia la mejora… Sólo cuando afronto la frustración y la utilizo para alimentar mi dedicación siento que avanzo.» – John Bingham

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