Antecedentes: En pacientes con diversos grados de insuficiencia hepatocelular y derivación portosistémica de la sangre, el aliento puede adquirir un aroma dulce, mohoso o incluso ligeramente fecal, denominado foetor hepaticus, que se ha atribuido principalmente a compuestos volátiles de azufre con contribuciones de diversas sustancias nitrogenadas. No es infrecuente que en tales pacientes se encuentren también olores corporales inusuales y, por analogía con el «síndrome del olor a pescado» conocido por ser causado por un exceso de trimetilamina, se investigó la disponibilidad de esta última amina grave para contribuir potencialmente a los olores asociados con la enfermedad hepática.

Métodos: Se recogió orina (0-24 h) de 63 pacientes con diversas enfermedades hepáticas previamente confirmadas en el hospital mediante diversas investigaciones bioquímicas, inmunológicas, patológicas y radiológicas. Los niveles de trimetilamina total y de N-óxido de trimetilamina en la orina se midieron con cromatografía de gases en espacio de cabeza.

Resultados: En total, el 50% (32 de 63) de los pacientes (enfermedad hepática primaria, 25 de 47, o el 53,2%; enfermedad hepática secundaria, 7 de 16, o el 43,8%) tenían niveles de trimetilamina en orina superiores al extremo superior del rango considerado normal (0,08-1,84 microg/ml). Diecisiete pacientes excretaron grandes cantidades de trimetilamina libre (más de 10 microg/ml), por encima del umbral que suele asociarse con la aparición de un olor corporal «a pescado» y un aliento contaminado.

Conclusiones: Las cantidades excesivas de trimetilamina bien pueden contribuir a los problemas generales de olor corporal encontrados entre los pacientes con enfermedad hepática grave, precipitando en estos individuos una forma secundaria del «síndrome de olor a pescado».

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